El consejero delegado de JPMorgan Chase (NYSE:JPM), Jamie Dimon, ha mantenido comunicaciones secretas con Donald Trump, asesorándole sobre la agenda política del presidente electo tanto antes como después de su victoria electoral, informó el New York Post, citando fuentes familiarizadas con el equipo de transición de Trump. Según las fuentes del Post, Dimon ha servido como caja de resonancia de los planes económicos de Trump, discutiendo el gasto público, la regulación bancaria, los impuestos y el comercio.
A pesar de la discreción de Dimon en política y de tensiones anteriores, incluido un intercambio público el 14 de noviembre en el que Trump afirmó que Dimon no sería invitado a formar parte de su Gabinete, las conversaciones han continuado. Al parecer, el equipo de Trump inició estas conversaciones para mantener cierto grado de separación y confidencialidad.
Dimon, que está inscrito como demócrata y no apoyó públicamente a ningún candidato en la carrera presidencial, lleva casi dos décadas en JPMorgan Chase y es un firme crítico de la actual normativa bancaria estadounidense. Ha expresado su frustración con el entorno regulatorio, en particular apuntando a las normas de Basilea III durante una conferencia en Nueva York.
Trump también ha consultado a otros líderes del mundo de las finanzas, como el consejero delegado de Blackrock, Larry Fink, lo que indica una estrategia más amplia de pedir consejo a figuras influyentes del sector financiero. Este enfoque parece formar parte de los preparativos de Trump para su próximo mandato, que comienza el 20 de enero, mientras reúne a su equipo en su complejo de Mar-a-Lago.
El diálogo en curso entre Trump y Dimon, junto con las consultas de Trump con otros ejecutivos de Wall Street, sugiere una apertura a las aportaciones de la industria financiera a medida que toman forma las políticas de la nueva administración.
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