El miércoles, en un tribunal de Portland (Oregón), Rodney McMullen, consejero delegado de Kroger (NYSE:KR), habló en defensa de la fusión de la cadena de supermercados con Albertsons, prevista por valor de 25.000 millones de dólares. McMullen atribuyó el aumento de los precios de los comestibles al incremento de los costes de los proveedores, los precios del combustible y las comisiones por el uso de tarjetas de crédito. La fusión, que está siendo cuestionada por la Comisión Federal de Comercio de EE.UU. y varios estados, se encuentra bajo escrutinio, ya que los opositores argumentan que podría conducir a precios más altos y debilitar el poder de negociación de los empleados sindicados.
Según las estadísticas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los precios de los alimentos se han disparado un 25% de 2019 a 2023, superando la inflación de otros bienes y servicios de consumo. Esta subida ha convertido el coste de los alimentos en un tema importante en la actual carrera presidencial estadounidense.
McMullen negó con firmeza la posibilidad de que Kroger suba sus precios tras la fusión, haciendo hincapié en la importancia de unos precios competitivos. "Absolutamente no", afirmó cuando se le preguntó sobre posibles subidas de precios tras la fusión. "Creemos que con el tiempo, el valor será cada vez más importante y no puedes poner precios a tus artículos por encima del mercado."
Kroger ha argumentado que la fusión es necesaria para escalar y competir eficazmente con Walmart (NYSE:WMT), el mayor minorista del país. Albertsons ha advertido que, de no llevarse a cabo la operación, podría verse obligada a considerar despidos y cierres de tiendas. El juicio continúa mientras el tribunal examina las posibles repercusiones de la fusión en el sector de la alimentación y en los consumidores.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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