Por Carjuan Cruz
Investing.com - El tapering ya comenzó y está muy cerca de acelerarse. El retiro de este estímulo, ahora posiblemente menos gradual, tendrá un impacto en los mercados, más preocupante que la pandemia, de ahora en adelante, por lo menos así lo cree el CEO de Goldman Sachs (NYSE:GS), David Solomon.
Además de mantener las tasas de interés bajas, durante más de un año la Reserva Federal aplicó un programa de compra por 120,000 millones de dólares en bonos del Tesoro y títulos respaldados en hipotecas que estimularon la economía y mantenían alta la liquidez monetaria. Pero ya comenzó a bajar estas operaciones en $15,000 millones al mes y posiblemente en más a partir de enero.
Aunque todavía la meta del empleo pleno que buscaba la Fed no se ha alcanzado del todo, el organismo decidió adelantar el tapering ante las presiones inflacionarias. Por lo que Solomon recordó que en una época similar, entre 2004 y 2006, con alta inflación, el banco central subió las tasas de interés 17 veces, y el precio de las acciones cayó en general, a diferencia de activos como el oro o el petróleo.
“No estoy diciendo que eso vaya a suceder, pero creo que vivimos en un mundo en el que la gente olvida la historia”, dijo el directivo en una entrevista en CNBC.
“Hay que ser muy cauteloso y administrar su riesgo de manera adecuada para los cambios que podrían venir”, agregó.
Para Solomon, esta reducción de liquidez es un factor importante a tomar en cuenta y podría traer a partir de ahora más consecuencias para el mercado que los efectos de la pandemia en la recuperación económica.
De hecho, el banco de inversión indicó en su último informe que subió el pronóstico de crecimiento del Pib para Estados Unidos este último trimestre, lo que eleva la proyección del crecimiento a 6.5% en el 2021, y no 6%. Pero advierte que para el 2022 la economía ya no crecerá 4.2%, como tenía previsto el banco de inversión, sino 3.8%.
Aún no se descarta por completo algún efecto de Ómicron
Según el informe del Goldman Sachs, todavía hay que esperar un poco para descartar los efectos que pudiera traer la nueva variable del Coronavirus en la economía, aunque sí adelanta que estos no serían de gran alcance.
“Ómicron podría ralentizar la reapertura económica, pero esperamos solo un modesto lastre en el gasto en servicios porque la política nacional de control de virus y la actividad económica se han vuelto significativamente menos sensibles a la propagación del virus”, indicó la entidad en su informe.
También podría traer algunas consecuencias en la ya golpeada cadena de suministros o en la baja demanda de trabajo.
“Ómicron podría exacerbar la escasez de suministro de bienes si la propagación del virus en otros países requiere restricciones estrictas. Pero el aumento en las tasas de vacunación debería limitar el alcance de graves interrupciones del suministro”, agrega el banco.