La huelga en curso en Boeing (NYSE:BA), que comenzó el 13 de septiembre, ha provocado importantes problemas de empleo entre sus proveedores. Pathfinder Manufacturing, proveedor aeroespacial y centro de formación situado cerca de la fábrica de aviones de Boeing en Everett, ha tenido que despedir a 14 de sus 54 empleados debido a la huelga.
El director general de la empresa, Dave Trader, expresó su preocupación por la posibilidad de que se produzcan más despidos si la huelga continúa. La huelga también ha interrumpido la formación de los estudiantes de secundaria que estudian carreras aeroespaciales, lo que agrava la escasez de mano de obra cualificada en el sector.
Pathfinder, que lleva 33 años funcionando bajo la dirección de Trader, está intentando retener a su plantilla cubriendo las prestaciones sanitarias de los empleados despedidos, con la esperanza de garantizar su regreso cuando se reanude la producción.
El doble papel de la empresa como proveedor y centro de formación sin ánimo de lucro añade complejidad a sus operaciones, ya que trata de equilibrar el trabajo contractual con los programas educativos.
La huelga ha paralizado la producción del 737 MAX de Boeing y otros modelos de avión, afectando a unos 30.000 maquinistas. Se trata de la primera huelga de Boeing en 16 años y se produce en un momento en el que la empresa ya se enfrenta a múltiples retos, como las secuelas de la inmovilización por motivos de seguridad del 737 MAX, una caída del transporte aéreo provocada por una pandemia y problemas de calidad que han llevado a reducir la producción.
Boeing ha suspendido a la mayoría de sus empleados y ha anunciado la congelación de la mayoría de los pedidos de piezas, salvo el programa 787. La situación financiera de la empresa es tensa. La situación financiera de la empresa es delicada, su calificación crediticia se acerca a la categoría de "basura" y su división de defensa no funciona tan bien como en el pasado.
Otros proveedores, como New Tech Industries, que depende de Boeing para el 85% de su negocio, están sintiendo el impacto de la huelga. La copropietaria de New Tech, Carmen Evans, indicó que, aunque tienen pedidos para mantenerse ocupados hasta el año que viene, la falta de nuevos pedidos podría resultar problemática en los próximos meses.
La huelga también ha llevado a algunos proveedores locales a plantearse ofrecer sus servicios a Airbus, el rival europeo de Boeing. Sin embargo, la transición a los programas de Airbus no es una solución rápida, ya que suele llevar unos 18 meses integrarse en los nuevos programas.
Muchos consideran que el actual malestar laboral es un parón temporal en la actual lucha por la mano de obra cualificada en la industria aeroespacial. Dave Trader, de Pathfinder Manufacturing, prevé un aumento de la contratación tras la huelga, ya que las empresas intentarán aumentar rápidamente la producción.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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