Los Estados miembros de la Unión Europea están divididos sobre la decisión de imponer aranceles adicionales a los vehículos eléctricos importados de China. La Comisión Europea se enfrenta a dificultades para recabar apoyos en el que se considera su mayor caso comercial hasta la fecha. La situación se ha vuelto tensa, ya que China amenaza con una amplia respuesta de represalia.
Alemania, un actor importante debido a las considerables ventas de su industria automovilística en China, está presionando para detener la imposición de aranceles. Una fuente del Gobierno alemán ha revelado esta postura, destacando la preferencia del país por una resolución diplomática. Por el contrario, Francia se ha revelado como uno de los firmes partidarios de la propuesta arancelaria.
La Comisión Europea se dispone a confirmar la imposición de derechos provisionales de hasta el 37,6% a varias marcas chinas de automóviles, entre ellas BYD, Geely y SAIC, así como a los modelos producidos en China de Tesla (NASDAQ:TSLA), BMW y otros fabricantes occidentales de automóviles. Se espera que este anuncio se haga el jueves.
La decisión sobre la aplicación de aranceles plurianuales se someterá a votación entre los miembros de la UE en octubre, una vez concluida la investigación de la Comisión. Para que se bloqueen los aranceles, al menos 15 países que representen el 65% de la población de la UE deben votar en contra. Francia, Italia y España, que en conjunto representan el 40% de la población de la UE, han manifestado su intención de apoyar los aranceles.
El Ministerio de Economía español ha expresado la necesidad de que Europa se proteja: "Europa debe defenderse si nuestras empresas se ven perjudicadas y no compiten en igualdad de condiciones". Sin embargo, varios países, entre ellos la República Checa, Grecia, Irlanda y Polonia, siguen deliberando sus posiciones. Bélgica funciona actualmente con un gobierno provisional, y los Países Bajos acaban de establecer un nuevo gobierno.
La industria automovilística alemana teme que los aranceles tengan más efectos negativos que beneficios, ya que podrían socavar los objetivos de neutralidad de carbono de la UE al aumentar el coste de los vehículos eléctricos para los consumidores. Tesla ha indicado que respondería a los aranceles subiendo sus precios.
La Comisión Europea argumenta que los aranceles son necesarios para contrarrestar las ventajas que los fabricantes chinos reciben de las subvenciones, como préstamos baratos y terrenos y materias primas de bajo coste. El objetivo es crear condiciones de competencia equitativas en lugar de excluir a los fabricantes de automóviles chinos, como podría hacer Estados Unidos con su arancel previsto del 100%.
Las recientes medidas de la Comisión y un exhaustivo informe sobre las injerencias estatales y las subvenciones chinas sugieren una postura más dura de la UE frente a Pekín.
Este informe, el más extenso de este tipo realizado por la Comisión, aporta pruebas del distinto enfoque de China respecto a las normas del mercado y podría allanar el camino para futuros casos comerciales contra China en diversos sectores, como los semiconductores, los equipos de telecomunicaciones y las energías renovables.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.