Star Entertainment, operador australiano de casinos, comunicó un descenso significativo de sus beneficios anuales, que cayeron un 71%. La empresa ha tenido que hacer frente a un mayor escrutinio normativo, que ha provocado un aumento de los costes relacionados con el cumplimiento de la normativa y la gestión de los clientes. Este escrutinio se produce a raíz de las acusaciones de incumplimiento de la normativa contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo.
Para hacer frente a sus problemas financieros, Star Entertainment obtuvo el miércoles un préstamo de hasta 200 millones de dólares australianos (136,80 millones de dólares estadounidenses). Esta financiación se divide en dos tramos, con una primera inyección inmediata de 100 millones de dólares australianos destinada a hacer frente a los sobrecostes de su complejo Queens Wharf en Brisbane.
El beneficio subyacente después de impuestos de la empresa en el ejercicio cerrado el 30 de junio se desplomó a 12 millones de dólares australianos, frente a los 41 millones del año anterior. A la luz de estos resultados, Star Entertainment ha decidido no declarar un dividendo final, manteniendo el mismo planteamiento que en el periodo correspondiente anterior. El tipo de cambio observado fue de 1 $ por 1,4620 dólares australianos.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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