Alberto Cabezas
México, 26 jul (EFE).- La crisis económica global, especialmente su dimensión europea, centró hoy en México la primera jornada de trabajos de la XVIII reunión plenaria del Círculo de Montevideo, donde se pidieron respuestas contundentes y duraderas a la misma.
"El rumbo es corregir en lo inmediato (...) la sangría enorme que la falta de decisiones y la falta de contundencia en el respaldo financiero a los países en problemas está causando en el mundo", afirmó el presidente de México, Felipe Calderón, en la inauguración de los trabajos.
El encuentro, que reflexiona en torno al tema "Un mundo en tránsito. Después de la globalización y la crisis ¿está claro el rumbo? Dudas y certezas", evidenció que para los asistentes, líderes políticos y empresariales iberoamericanos, se está ante la "peor crisis económica, globalmente hablando", como señaló el mandatario mexicano.
"El mundo tiene que actuar muy rápido y esta rapidez ha sido una de las mayores ausencias en los tomadores de decisiones que nos ha exacerbado los problemas", lamentó el gobernante mexicano.
Calderón llamó la atención sobre la necesidad de que haya urgentemente "una nueva regulación financiera en el mundo" a largo plazo, pero en el más corto, por apoyar a economías como España e Italia, con "problemas de liquidez", y con potenciar el comercio e impedir que regrese una ola proteccionista.
A los países e instituciones de la Eurozona les instó a que actúen "rápido y contundentemente, no con medidas paliativas" para combatir "la falta de credibilidad de la capacidad pago de los Gobiernos".
A su turno, el titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), el uruguayo Enrique Iglesias, dijo que la crisis actual era "muy profunda" y "asimétrica" y pidió trabajar para que la misma no cobre dimensiones mundiales.
"Es la primera vez que veo dos cosas que impresionan: la primera, a EE.UU. discrepando con Europa, y al norte de Europa discrepando con el sur", y la segunda, que la situación "se está convirtiendo en una crisis perfecta".
"Los Gobiernos no invierten, los bancos no prestan, los consumidores no consumen y el mundo se está encogiendo", apuntó.
En cuanto a Europa, comentó que el peor escenario es "que se interrumpa el euro y la Unión Europea (UE) como tal haga crisis", un riesgo aún cierto.
El análisis más completo de la situación europea lo hizo el expresidente del Gobierno español Felipe González, quien criticó la impericia de las instituciones de la UE tanto ante decisiones de coyuntura como de largo plazo.
"Europa está cometiendo un error el tratamiento de la crisis del que no va a salir. Y dentro de ese error España tiene sus propias responsabilidades, digamos sus propias culpas", apuntó.
Agregó que es tiempo ya de que las instituciones europeas compensen "las políticas de ajuste moderándolas", y a la vez las complementen "con las de estímulo al crecimiento".
Para el expresidente de Chile Ricardo Lagos el elemento central de análisis fue la importancia que tendrá la cuenca del océano Pacífico en los próximos años en la evolución del comercio mundial, del que actualmente representa "más del 50 %" del mismo.
"A este ritmo el 75 % del comercio va a ser en la cuenca del Pacífico (en 2050)", apuntó el exmandatario de Chile, uno de los firmantes originarios del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica.
Lagos consideró que definir el tipo de relación con China es "un tema de largo plazo", y sostuvo que los países de América Latina deben hacerlo cada uno de ellos desde sus propios valores.
El exministro colombiano José Antonio Ocampo recordó el carácter extraordinario de la actual crisis y el calado de la misma, sin precedentes, porque la misma afecta a una "moneda de reserva" como es el euro.
Ocampo recordó que el Banco Central Europeo (BCE) "es el único instrumento de acción rápida con que cuenta la Eurozona" para controlar el problema especulativo contra la deuda pública de varios países, lo que puede convertir un problema de liquidez en insolvencia.
"Ese instrumento se debe utilizar en gran escala. Las intervenciones que ha hecho el BCE son hechas sin ganas, sin deseo de estabilizar el mercado, que lo ha entendido así, por tanto sus efectos duran días", apuntó.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, consideró que es claro que "el mundo está en tránsito" y no se sabe "hacia dónde va", pero señaló que la posibilidad de un fortalecimiento depende de "superar a través de la política" los males que aquejan a la democracia. EFE
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