Por Geoffrey Smith
Investing.com -- Los mercados de valores de Europa actúan como si hubieran sobrevivido al virus y quisieran salir de fiesta.
Para ser justos, hay muchas razones para ser optimistas después de un fin de semana en el que Standard & Poor's no ha llegado a rebajar la calificación de Italia, Deutsche Bank (DE:DBKGn) se ha apresurado a comunicar que ha obtenido beneficios trimestrales, y la mayor fábrica de automóviles de Europa (y los centros educativos de Shanghái y Pekín) ha reanudado la actividad.
Italia y España trazan sus planes para relajar las restricciones en sus respectivos países, los gobiernos alemán, holandés y francés avanzan hacia la eliminación de los últimos riesgos de quiebra de Lufthansa (DE:LHAG) y Air France-KLM (PA:AIRF) y, lo que es más importante, el número de muertos ha seguido descendiendo en la mayor parte del continente.
Nada de lo anterior ha atenuado tampoco la especulación en torno a que el Banco Central Europeo también aumentará sus intentos de apoyar a la región ampliando su programa de compra de bonos en su reunión de política monetaria del jueves.
A las 11:30 horas (CET), el índice Stoxx 600 sube un 1,7% hasta 335,14. Sin embargo, todavía no ha podido superar los 337, a pesar del que ya es su cuarto intento en las últimas dos semanas. Ninguno de los tres grandes índices del continente ha sido capaz de dejar atrás los máximos de su repunte inicial de finales del mes pasado y van camino de cerrar abril prácticamente donde lo empezaron, a pesar de que el éxito comparativo de Alemania a la hora de contener la enfermedad le ha propiciado una subida del 9%.
Claramente, la incertidumbre de cara al resto del año sigue siendo elevadísima. La publicación de Deutsche Bank plantea tantas preguntas como respuestas. Ha reforzado las provisiones por pérdidas de préstamos en 500 millones de euros y ha advertido de que "creemos que hay una elevada demanda continua de apoyo de nuestros clientes en esta difícil situación" —donde la palabra "apoyo" cubre una multitud de posibilidades de diversa gravedad.
La noticia del apoyo del Gobierno a las aerolíneas ha sido, por supuesto, bienvenida, pero una mirada al otro lado del Mar del Norte a Norwegian Air Shuttle (OL:NWC) sugiere que no es garantía de milagro para la actual generación de accionistas. La condicionalidad lo es todo, y todavía no hay claridad sobre qué condiciones obtendrán los Estados francés, alemán y holandés para sus ayudas. Sin embargo, las declaraciones del director ejecutivo de Ryanair (LON:RYA), Michael O'Leary, acerca de que los paquetes se enfrentarán a obstáculos legales, independientemente del compromiso político general de relajar las normas sobre las ayudas estatales.
Pero para una visión más neutral sobre las previsiones para las aerolíneas, podría ser mejor mirar a sus proveedores. Las acciones de Airbus (PA:AIR) son las mayores perdedoras del CAC 40 este lunes, dejándose un 2,9%, después de que una nota interna filtrada apuntara a nuevos recortes de producción y de puestos de trabajo.
El director ejecutivo Guillaume Faury ha dicho a los empleados que la compañía está "perdiendo dinero a una velocidad sin precedentes" y que la reciente caída de un tercio o más de las tasas de producción no refleja el peor de los casos y se mantendría bajo revisión.
Tanto Airbus como Boeing (NYSE:BA) se están preparando claramente para un cambio de trayectoria a largo plazo. Deutsche Bank, en cambio, ha dicho este lunes que cree que los impactos del Covid-19 han sido sólo temporales, al menos en lo que respecta a los coeficientes reglamentarios y la regulación. Ambos publicarán los resultados completos esta semana. En su caso, como en el de muchos otros también, una certeza sobre el panorama será demasiado pedir.