Por Lizbeth Díaz
COATZACOALCOS, México, 22 abr (Reuters) - La cifra de muertos por una explosión en una planta de cloruro de vinilo de la petrolera mexicana Pemex y el conglomerado químico Mexichem subió a 24, mientras que 18 personas siguen desaparecidas, dijeron el jueves directivos de las empresas.
El recuento anterior era de 13 muertos tras el desastre ocurrido el miércoles en la planta Pajaritos, en la ciudad porteña de Coatzacoalcos ubicada en el estado de Veracruz, sobre la costa del Golfo de México.
La explosión fue causada por una fuga de químicos, lo que generó un gran incendio y una enorme nube de humo que cubrió la ciudad, además de un picante olor a cloro que todavía se siente en el lugar.
El director de la estatal Pemex, José Antonio González Anaya, dijo en una conferencia de prensa que de las 136 personas que fueron hospitalizadas el miércoles sólo 19 permanecen internadas, 13 de las cuales están graves.
El funcionario indicó que existe la posibilidad de que el número de fallecidos pueda elevarse pues aún queda por recorrer el tercer nivel de la planta, aunque precisó que las labores de rescate avanzaron mucho en la medida que se logró disipar el calor generado por la explosión.
González Anaya afirmó que no tenía "notificación" de que hubiera trabajadores de Pemex entre las víctimas.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, también llegó al lugar del incidente y recorrió la zona afectada por la explosión.
Pajaritos es una alianza entre Pemex, que opera la planta, y Mexichem MEXCHEM.MX , que tiene más del 50 por ciento de participación en la empresa conjunta Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV).
"Cuando tienes una explosión de este tipo se genera cierto producto en algunos tanques, en algunos recipientes y esto es lo que se está enfriando poco a poco y hemos ido avanzando hacia adentro de la planta y así es como hemos ido encontrando también algunos de los cuerpos", dijo el director de Mexichem, Antonio Carrillo, a la cadena Radio Fórmula.
La planta produce 900 toneladas diarias de monómero de cloruro de vinilo (VCM), un gas industrial utilizado para producir tuberías de plástico, y había pronosticado ventas para este año por 260 millones de dólares, según datos brindados a Reuters por un ejecutivo de la empresa.
Los beneficios se reparten en proporción a la participación accionarial, que es de un 56 por ciento para Mexichem y un 44 por ciento para Pemex, agregó.
FAMILIARES DESESPERADOS
En las afueras de la planta había familiares angustiados porque decían que las autoridades no les daban suficiente información de lo que había pasado. Las entradas estaban resguardadas por infantes de la Marina, policías municipales y estatales.
"Estamos desesperados porque nadie sale a darnos la cara, mi hermano no responde su celular, pensamos que le pudo pasar lo peor", dijo Ancle Cordero, de 49 años, cuyo familiar no había aparecido tras la explosión.
No estaba claro de inmediato cuántas personas trabajaban en el sitio en el momento de la explosión. En la planta había trabajadores de Pemex, de Mexichem y de otras empresas que realizaban tareas de mantenimiento.
Trabajadores de la planta dijeron a Reuters que cuando ocurrió el desastre habría entre 30 y 40 empleados sólo de Pemex en la zona de la explosión y temen que el número de muertos aumente considerablemente.
"Uno se imagina que como quedaron los cuartos de control (a unos 300 metros de donde ocurrió la explosión), que quedaron destruidos, imagina la gente que estaba ahí a 10, 20, 30 metros trabajando (...) La onda expansiva los desapareció", dijo uno de los trabajadores, quien pidió no ser identificado.
El jueves, las acciones de Mexichem, con presencia en México, Estados Unidos y en países de Europa, Asia, África y América Latina, cayeron un 5,19 por ciento en la bolsa local a 43,44 pesos.
La reconstrucción de la planta podría durar más de un año, según Pemex, debido a la dimensión de los daños.
La explosión es la más reciente en una serie de incidentes en los últimos años en instalaciones de la petrolera, que enfrenta una crisis financiera, agudizada por los bajos precios del crudo y un régimen fiscal que recorta sus ganancias. (Información adicional de Anahí Rama, Verónica Gómez Sparrowe y Adriana Barrera, editado por Patricia Ávila/Manuel Farías)