En un evento muy esperado, Tesla (NASDAQ:TSLA) presentó un prototipo de su "Cybercab" como parte de su iniciativa para entrar en el mercado del robotaxi. Esta revelación marca un momento significativo tras años de promesas de Elon Musk de introducir en el mercado vehículos autoconducidos. La empresa presentó el prototipo el jueves por la noche, marcando un posible hito en la tecnología de los vehículos autónomos.
El enfoque de Tesla respecto a la tecnología de conducción autónoma difiere del de sus principales competidores, como Waymo de Alphabet, al basarse exclusivamente en una combinación de visión por ordenador y aprendizaje automático de extremo a extremo. Esta estrategia traduce las imágenes de la cámara directamente en decisiones de conducción, un método que impulsa la actual función de asistencia al conductor "Full Self-Driving" de Tesla, que aún requiere un conductor humano para un funcionamiento seguro.
Expertos del sector, entre ellos antiguos ingenieros de vehículos autónomos de Tesla, han señalado que el sistema de Tesla tiene puntos débiles críticos. La ausencia de tecnologías redundantes, como el radar y el lidar, que utilizan otras empresas para garantizar la seguridad y la aprobación de las normativas, significa que el sistema de Tesla puede tener problemas con escenarios de conducción poco frecuentes e impredecibles, conocidos como "casos límite". Además, la tecnología de IA de extremo a extremo se describe como una "caja negra", lo que dificulta el diagnóstico y la prevención de fallos que podrían provocar accidentes.
A pesar de estos retos, la estrategia de Tesla podría ofrecer importantes ventajas de costes. El uso de cámaras de alta resolución es mucho más barato que los sistemas lidar, lo que podría permitir a Tesla fabricar vehículos autónomos asequibles. Esta eficiencia de costes ha permitido a Tesla acumular una vasta colección de datos de sus vehículos para seguir desarrollando su tecnología de conducción autónoma.
La presión sobre Tesla para que cumpla sus promesas de vehículos autónomos se ha intensificado, ya que la empresa se enfrenta a un descenso de las ventas y los beneficios, así como a la creciente competencia de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos. Musk ha pasado de centrarse en los vehículos eléctricos para el mercado de masas a dominar el espacio tecnológico de la conducción autónoma, lo que se ha traducido en medidas de recorte de costes y reasignación de inversiones.
El giro de Tesla hacia los robotaxis y su compromiso de superar los obstáculos técnicos de su estrategia autónoma podrían tener importantes recompensas. La empresa aspira a vender robotaxis asequibles que puedan conducir por sí mismos en cualquier lugar, un marcado contraste con competidores como Waymo, que operan vehículos más caros en áreas limitadas.
Musk ha sido conocido por sus ambiciosos plazos, prediciendo capacidades de conducción no supervisada para finales de 2024. Sin embargo, expertos como Sasha Ostojic, antiguo ingeniero de coches sin conductor, creen que Tesla tardará varios años solo en alcanzar el actual nivel de autonomía logrado por Waymo.
Hay mucho en juego para Tesla mientras sigue perfeccionando su tecnología. Con los informes de la NHTSA sobre accidentes en los que se han visto implicadas las funciones Autopilot o Full Self-Driving de Tesla, el avance de la compañía hacia la autonomía total sigue estando bajo escrutinio. El éxito de Tesla en esta empresa podría remodelar el futuro del transporte, pero hacer realidad esta visión sin comprometer la seguridad sigue siendo un reto crítico.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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