Por Mimi Dwyer, Mica Rosenberg, Ted Hesson y Kristina Cooke
LOS ANGELES, 20 ene (Reuters) - A las pocas horas de jurar como presidente el miércoles, Joe Biden anunciará un proyecto de ley que abriría un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes que permanecen el país de manera ilegal, en un marcado contraste con las políticas del saliente presidente republicano Donald Trump.
Biden, un demócrata, también firmará 15 decretos ejecutivos el miércoles, dijo la portavoz Jen Psaki. Al menos seis de ellos se ocuparán de la inmigración, según un memorando, lo que lo convierte en un foco importante del primer día del mandatario.
Las acciones incluyen el levantamiento inmediato de las prohibiciones de viajes de algunos países, en su mayoría musulmanes, detener la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México y revertir una orden de Trump que impide que los migrantes que se encuentran en el país ilegalmente sean contabilizados cuando los distritos electorales del Congreso sean redefinidos.
Biden también firmará un memorando ordenando al Departamento de Seguridad Nacional y al fiscal general que preserve el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que protege a los migrantes que llegaron al país cuando eran niños de la deportación, y revertirá una orden ejecutiva de Trump que pide una aplicación más estricta de normas de inmigración.
En conjunto, las acciones muestran que Biden está comenzando su presidencia con un enfoque nítido en la inmigración, tal como Trump mantuvo el tema en el centro de su agenda política hasta los últimos días de su administración. En una de sus pocas apariciones públicas postelectorales, Trump visitó un segmento del muro fronterizo entre Estados Unidos y México a principios de este mes.
La decisión de Biden de revertir de inmediato la llamada "prohibición musulmana" de Trump, que estaba dirigida a viajeros e inmigrantes de varias naciones de mayoría musulmana, subraya su deseo de restaurar la posición de Estados Unidos en el mundo.
Si bien Trump insistió en que la prohibición fue instaurada por razones de seguridad, fue ampliamente criticada como discriminatoria.
DIFICULTADES EN EL CAMINO
Sin embargo, levantar la prohibición puede ser una tarea más fácil que lograr que el Congreso apruebe la ambiciosa propuesta legislativa que Biden planea presentar el miércoles.
La propuesta establecerá una hoja de ruta de ocho años hacia la ciudadanía para muchos de los 11 millones de inmigrantes que se estima que viven en el país ilegalmente, según un documento informativo distribuida a periodistas por los funcionarios entrantes de la Casa Blanca el martes.
Los inmigrantes elegibles que se encontraban en el país al 1 de enero recibirán un estatus temporal por cinco años, antes de que se les otorguen "green cards" para la residencia permanente, que está sujeta a ciertos requisitos, como la verificación de antecedentes. Luego podrían solicitar la ciudadanía, después de tres años más, dijeron las autoridades.
El tiempo de espera para la legalización sería más corto - tres años - para algunos de los aproximadamente 645.000 beneficiarios del programa DACA y más de 400.000 inmigrantes que viven en los Estados Unidos con Estatus de Protección Temporal (TPS). También se aceleraría para algunos trabajadores agrícolas.
Si se aprueba, sería la reforma legislativa más grande del sistema de inmigración de Estados Unidos desde la administración del presidente republicano Ronald Reagan en la década de 1980.
Durante décadas, el Congreso no ha logrado aprobar una importante reforma migratoria. Si bien los demócratas tienen una mayoría en la Cámara, el Senado está dividido 50-50 con la vicepresidenta entrante Kamala Harris como voto de desempate. La falta de apoyo bipartidista ha obstaculizado los esfuerzos anteriores para reformar el sistema de inmigración.
Aprobar un proyecto de ley ambicioso con apoyo republicano podría ser difícil, dijo Jessica Vaughan del Centro de Estudios de Inmigración con sede en Washington, que respaldó muchas de las políticas más restrictivas de Trump. "Creo que se trata más de simbolismo", opinó, refiriéndose a los objetivos del proyecto de ley de inmigración.
Mientras tanto, Biden enfrenta un problema más inmediato. Las caravanas de migrantes avanzan en Centroamérica y algunas apuntan a llegar a la frontera suroeste después de la inauguración de Biden.
El asesor entrante de seguridad nacional, Jake Sullivan, dijo en una llamada con periodistas el martes que sería "imprudente" que los migrantes vinieran a la frontera ahora debido a la capacidad limitada para procesar solicitudes de asilo.
"La situación en la frontera es una que tenemos la intención de cambiar, pero nos llevará un tiempo considerable poder cambiarla de manera efectiva", afirmó. (Reporte de Mimi Dwyer en Los Angeles, Mica Rosenberg en Nueva York y Ted Hesson en Washington; Reporte adicional de Kristina Cooke in Los Angeles y Dan Trotta; Editado por Ross Colvin y Aurora Ellis, editado en español por Gabriela Donoso)