LA HABANA, 23 jul (Reuters) - Cuba reclamó el jueves a Bolivia la propiedad de una clínica en La Paz que era manejada por médicos de la isla durante el gobierno del expresidente izquierdista Evo Morales, aunque dio luz verde para su uso como parte de la asistencia a enfermos de COVID-19.
El gobierno interino de derecha de Bolivia habilitó esta semana la "Clínica del Colaborador" en La Paz para pacientes con el nuevo coronavirus, "una decisión unilateral, que se presenta como un acto humanitario (pero) constituye una violación de los derechos que le asisten a Cuba como propietario legal del referido inmueble (...)", dijo la cancillería cubana.
El Ministerio de Relaciones de Cuba denunció la "usurpación" del inmueble y dijo en una declaración que había emitido dos notas diplomáticas en abril y junio, respectivamente, csin respuestas hasta el momento.
La Habana dijo, sin embargo, que "sin renunciar a la titularidad de la propiedad (...) pone a disposición del hermano pueblo boliviano su utilización para asistir a los enfermos de la COVID-19, mientras dure la situación de crisis generada por la pandemia en Bolivia".
Bolivia, con unos 11 millones de habitantes, registra más de 60.000 infectados con el virus y supera los más de 2.000 muertos.
Morales, que gobernó entre 2006 y 2019, renunció a la presidencia en noviembre del año pasado y se refugió primero en México y luego en Argentina tras semanas de protestas en las calles por los resultados de unas controvertidas elecciones.
Autoridades bolivianas sostienen que integrantes de la brigada médica cubana en Bolivia fomentaron los disturbios tras la reuncia de Morales, un fuerte aliado de Cuba.
La Habana dijo que varios de sus especialistas recibieron maltratos por el gobierno de la presidenta Jeanine Áñez, acciones que llevaron a retirar a su brigada sanitaria de unos 700 médicos.
La salida de los médicos cubanos de Bolivia se suma a las partidas también de Ecuador y antes de Brasil, países que se alinearon con la administración estadounidense de Donald Trump.
(Reporte de Nelson Acosta. Editado por Rodrigo Charme REUTERS NAB RCH/)