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Por Brad Haynes
CHAPECÓ, Brasil, 3 dic (Reuters) - Una lluvia torrencial empapó a miles de dolientes que lloraban frente a 50 féretros el sábado que fueron llevados durante la noche al estadio del equipo de fútbol local, Chapecoense, cuyos integrantes murieron casi en su totalidad en un accidente aéreo el lunes en Colombia.
Un recinto lleno de banderines e hinchas del equipo vestidos con los colores blanco y verde sirvió como un velorio al aire libre para la gente de la localidad. Hace sólo una semana se preparaban para celebrar al equipo, que ascendió desde ligas menores en los últimos años para llegar a la final de la Copa Sudamericana.
El presidente de Brasil, Michel Temer, que voló desde la capital al amanecer para recibir los féretros en el aeródromo de Chapecó, rindió un homenaje póstumo a los deportistas fallecidos.
"Este evento, como saben, conmocionó a todo el país", dijo Temer a periodistas antes de hacer el corto tramo en automóvil hacia el estadio, donde permaneció en silencio durante el resto del emotivo tributo. "Esta lluvia debe ser el llanto de San Pedro", agregó.
El desastre aéreo del lunes, en que murieron 71 pasajeros y tripulantes, conmocionó a hinchas de fútbol de todo el mundo y expandió el luto más allá de las fronteras de Brasil.
El avión BAe146 operado por la compañía boliviana LAMIA avisó por radio que se estaba quedando sin combustible justo antes de estrellarse en una zona montañosa en las afueras de la ciudad colombiana de Medellín.
Sólo seis personas sobrevivieron, incluidos apenas tres miembros del Chapecoense, cuyo plantel viajaba a Colombia para disputar la final de la Copa Sudamericana, el partido más importante de su historia.
Previamente el sábado, los cuerpos de ocho periodistas que también viajaban en el avión que se estrelló llegaron en un vuelo aparte a Río de Janeiro.
Reportes en medios brasileños de que el combustible que cargó el avión siniestrado era insuficiente para volar desde Bolivia generaron indignación entre los familiares de las víctimas.
El presidente boliviano, Evo Morales, se comprometió a tomar "medidas drásticas" para determinar la causa de la tragedia. Bolivia suspendió la licencia de operación de LAMIA y reemplazó la administración de la autoridad nacional de aviación. Y "GRACIAS"
En Chapecó, una pequeña ciudad agrícola del sur de Brasil, decenas de seguidores del club mantuvieron una vigilia bajo la llovizna la noche del viernes en el estadio del Chapecoense, donde se realiza el velorio.
Al amanecer, muchos hinchas se congregaron en las afueras del estadio y comenzaron a entrar, vestidos con los colores blanco y verde del equipo y portando pancartas. Muchos llevaban flores y carteles hechos a mano para despedir a las víctimas.
Hinchas de otras partes de Brasil se unieron a los locales, ondeando banderas de otros equipos de fútbol como muestra de solidaridad.
"Podrían poner a Neymar en la cancha aquí y no reemplazaría lo que hemos perdido", comentó Juliana Frata, una hincha local, en referencia a la estrella del fútbol. "Esos jugadores eran nuestros vecinos. Parecía que cualquier día podías encontrarte con ellos y sus familias", agregó.
Entre los dignatarios que asistieron al velorio figuraba el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. "No hay palabras que puedan disminuir el sufrimiento", afirmó en un breve discurso.
Se espera que unos 100.000 seguidores, casi la mitad de la población del lugar, asistan al último adiós, al que también acudirá el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
En respuesta a la ola de respaldo de hinchas y clubes de fútbol de todo el mundo, Chapecoense colgó un enorme cartel negro en la pared exterior del estadio.
"Buscamos una palabra para agradecer todo el afecto y hallamos muchas", dice la pancarta, seguida de la palabra "gracias" escrita en más de 10 idiomas. (Editado en español por Ana Laura Mitidieri/Patricio Abusleme)