Ya se van a cumplir dos años desde que comenzó la caída abrupta del precio del barril del petróleo, la cual necesitó tan sólo cuatro meses para llegar desde niveles cercanos a 90 dólares a tan sólo 50 dólares el barril. Hoy su precio actual ronda los 45 dólares. Esta caída fue la consecuencia inevitable de una feroz guerra de precios entre los principales países productores de petróleo, los cuales se encontraron con una demanda menor por la desaceleración del crecimiento de sus principales clientes y una oferta creciente impulsada por los avances de la tecnología y las nuevas técnicas de extracción.
Esta semana, la reunión entre los ministros de energía de Rusia y Arabia Saudita, principales productores de petróleo mundial, generó expectativas de mercado positivas ante la posibilidad de un pacto de cooperación que incluyera un tope a la cantidad producida. Como mencionábamos antes, estos bajos precios se deben a un exceso de oferta. Si los principales países productores fijaran la cantidad de petróleo producida, limitarían esta oferta para que no haya tanto petróleo sobrante; lo cual produciría una recuperación en el precio del crudo. Sin embargo, el entusiasmo que generó el encuentro se desvaneció cuando el ministro de energía de Arabia Saudita declaró que, si bien podían llegar a un acuerdo de cooperación, por ahora no había necesidad de poner un límite a la producción, argumentando que existían otras soluciones alternativas.
El próximo 26 de septiembre se realizará el Foro Internacional de Energía en Algeria, en el cual se encontrarán informalmente Rusia y los países miembros de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEC, por sus siglas en inglés “Organization of the Petroleum Exporting Countries”), con Arabia Saudita a la cabeza. Allí se espera que puedan avanzar sobre un acuerdo de cooperación en el que puedan participar otros países miembros. No obstante, es importante destacar que cada uno de estos países se encuentra en una situación muy distinta. Por ejemplo, tanto Rusia como Arabia Saudita se encuentran alcanzando records de producción con 11 y 10,69 millones de barriles al día respectivamente en agosto. Esto nos muestra que el precio actual del barril no representa un impedimento para continuar produciendo grandes cantidades en dichos países. El caso contrario es el de Venezuela, que tiene una calidad de crudo mucho menor, la cual requiere más recursos para su extracción y procesamiento. Además, su economía es altamente dependiente de esta industria.
Otro caso importante a analizar es Irán, que ocupa el tercer lugar en cuanto a mayor producción, con niveles de 3,8 millones de barriles diarios. El rol que tome la nación persa en este acuerdo es clave. En abril de este año Rusia y Arabia Saudita intentaron firmar un acuerdo similar, pero este último se negó a firmarlo si Irán no lo cumplía también, ya que no quiere perder participación de mercado en manos de este competidor. Irán declaró que no iba a firmar ningún acuerdo que limitara su producción porque necesita recuperar su capacidad de producción perdida luego de sufrir un período de largos años de bloqueos y sanciones.
Hoy nos encontramos en un punto en el que las probabilidades de que se firme un acuerdo de cooperación y aumente el precio del barril de petróleo son bajas. También debe tenerse en cuenta que en estos niveles de precios los principales países productores continúan aumentando su capacidad de producción, por lo que podrían fijar una cantidad máxima producida de petróleo que mantenga la oferta por encima de la demanda. Esto haría que el precio tenga subas moderadas o se mantengan en los niveles actuales, perjudicando a los jugadores que tienen costos de producción mayor y limitando los montos invertidos en la industria por el bajo retorno que otorgan. Si esto continúa por un período prolongado, la oferta finalmente va a terminar disminuyendo por la falta de producción e inversión de aquellos países en los que no es rentable producir con este nivel de precios. Sin embargo, no sabemos cuánto tiempo puede pasar para que suceda esto y la situación se revierta. Por lo pronto debemos esperar a ver si logran firmar un pacto de cooperación y cuáles son las condiciones del mismo.