En diciembre pasado la entidad monetaria estadounidense tomó la decisión histórica de subir la tasa de política monetaria después de años de mantenerla en niveles cercanos a cero. La decisión, aunque anticipada por la mayoría de participantes del mercado, tuvo un impacto innegable en la mentalidad de inversionistas y en el comportamiento de algunas tasas de interés.
Momentos después del anuncio algunos bancos estadounidenses subieron sus tasas de referencia y hoy en día la tasa Prime, a la que están ligados muchos créditos en dólares, está en el 3,5%, después de años de situarse 25 puntos base más abajo.
La decisión de diciembre consistió en subir el rango meta de 0 a 0,25%, en que se encontraba, a uno nuevo de 0,25% a 0,50%; desde entonces la tasa efectiva se mantiene en el centro del mismo, es decir, alrededor del 0,37%.
Este martes la atención se vuelve a centrar en la Reserva Federal (FED), debido al inicio de la primera reunión de 2016. ¿Qué esperar de ese encuentro?
La reunión se realiza en un ambiente bastante convulso para los mercados bursátiles, al igual que en setiembre pasado cuando la entidad se reunió, los índices bursátiles presentan caídas importantes, los rendimientos cobrados a bonos de baja calidad crediticia han subido y las dudas sobre el crecimiento de China preocupan al mundo. De esta forma, es poco probable que la entidad suba de nuevo la tasa, por lo que lo más importante estará en el comunicado que ofrezca la entidad al cierre de la reunión este miércoles.
El principal párrafo para analizar será el que contenga la caracterización de la economía estadounidense. Datos recientes muestran que algunas áreas están comportándose mejor que otras, por ejemplo, la creación de empleo y los precios de las viviendas se mantienen fuertes; no obstante, la manufactura y las ventas al por menor se han debilitado. Un dato calculado por la Reserva Federal de Atlanta muestra que el crecimiento del PIB cayó por debajo del 1% en el último trimestre del 2015. En virtud de lo anterior, es previsible cierta mención sobre dicha debilidad.
Sin embargo, es poco probable que la entidad cambie su mensaje de que la subida de tasas será gradual, siempre y cuando las condiciones económicas así lo permitan. Ello a pesar de que en los últimos meses el mercado redujo las expectativas de subidas y actualmente solo se anticipa una más, quizá en setiembre.
Algunos analistas esperan ver determinada referencia manifiesta sobre la volatilidad reciente en los mercados, pero las condiciones financieras ya están incluidas en el reporte de diciembre, cuando señala la información que tomará en cuenta para determinar el trayecto de la política monetaria, por lo que lo más probable es que la entidad evite referencias más explícitas y más bien busque mantener sus opciones abiertas, en caso de que las condiciones mejoren y le permitan hacer el segundo movimiento durante el primer semestre.