Una de las principales noticias de la semana es la expectativa de un posible default de deuda por parte de la desarrolladora inmobiliaria china Evergrande, una de las más grandes del país. La empresa genera 200,000 empleos de forma directa y casi cuatro millones de forma indirecta, repartidos en 1,300 proyectos en 280 ciudades.
Buena parte de su expansión estuvo impulsada por endeudamiento. A lo largo de la esta década, el Banco Central Chino ha mantenido las tasas de interés históricamente bajas, en un intento de estimular la demanda interna y disminuir la dependencia del sector exportador. Muchos analistas piensan que dicha expansión monetaria pudiera haber generado una burbuja de construcción inmobiliaria impulsada por endeudamiento.
Actualmente, la empresa maneja pasivos que rondan los USD 300,000 millones, de los cuales S&P Global estima que USD 37,400 millones vencen en los próximos 12 meses.
Algunos de estos pasivos fueron emitidos en forma de Wealth Management Products, y vendidos al público en general, en un ejemplo del denominado "shadow banking", propio de la economía china. Estos instrumentos fueron emitidos a unas tasas de interés que llegaron a alcanzar el 13%, con un outstanding total que se estima en USD 6,000 millones.
Dado el agotamiento de sus reservas de efectivo, y la incapacidad de liquidar sus activos, la empresa está proponiendo pagar sus obligaciones directamente en bienes inmuebles. La atención de esta semana estará centrada en pagos por USD 83.5 millones, que vencen el 23 de septiembre y de USD 42.5 millones, el 29 de septiembre, en bonos con vencimiento a 2022 y 2024 respectivamente.
La calificación de estos papeles fue degradada por Fitch Ratings a principios de mes, a CC desde CCC+, prácticamente bordeando el status de default.
Existen temores de que, dado el tamaño de la deuda en riesgo, un default desordenado por parte de Evergrande pudiera desembocar en un “Momento Lehman” que termine contagiando al resto de la economía china, y por extensión, al resto de la economía mundial.
El gobierno de Xi Jinping se enfrenta a la disyuntiva de intervenir para rescatar a los acreedores, a costa de incrementar el riesgo moral y estimular aún más la burbuja inmobiliaria, o arriesgarse a desencadenar una crisis financiera generalizada.
Pero es importante resaltar que el gobierno chino cuenta con medios para intervenir en caso de considerarlo necesario, dada las amplias reservas de divisas con las que cuenta el país y el estricto control que el gobierno mantiene sobre las empresas y la economía china.
Algunos analistas consideran además que, a diferencia del caso Lehman Brothers, Evergrade cuenta con un amplio catálogo de activos físicos para respaldar sus deudas.
Otra importante distinción es que la mayor parte de su deuda está en manos de grandes fondos globales de inversión como Blackrock (NYSE:BLK), en lugar de bancos u otras instituciones financieras críticas.
De esta forma, aunque un escenario de default pudiera significar fuertes pérdidas para muchos inversionistas, un escenario de crisis global generalizada se hace mucho menos probable.