El 2023 comenzó con el temor a que la inflación y subida de tasas de interés desencadenaran una recesión mundial. Un año después la economía mundial, desacelerándose, sigue resistente y puede evitar un aterrizaje forzoso.
La inflación disminuye, lo que alentará a la mayoría de los principales bancos centrales a poner fin a su endurecimiento y comenzar a recortar tasas de interés, aunque es improbable que sean agresivos, dado el riesgo de reavivar la inflación.
Además, las crecientes tensiones geopolíticas podrían crear nuevas complicaciones a corto plazo para la economía mundial. Al mismo tiempo, las perspectivas a mediano plazo de muchas economías en desarrollo se han ensombrecido en medio de la desaceleración del crecimiento en la mayoría de las principales economías, la lentitud del comercio mundial y las condiciones financieras más restrictivas de las últimas décadas.
En México, la perspectiva de crecimiento económico para 2024 es una expansión de 2.6%, una moderación respecto a lo observado el año previo. El menor ritmo de crecimiento se explicaría en mayor medida por el sector externo, con un desempeño disminuido por las exportaciones manufactureras, así como del consumo interno, afectado por las altas tasas de interés y los niveles acumulados de inflación de los últimos meses.
El tema del nearshoring seguirá impulsando las expectativas de una mayor actividad e inversión, sobre todo en el mediano plazo.
Con relación a los precios al consumidor, la tasa general anual seguirá mostrando un proceso desinflacionario, pero será mucho más lento, buscando bajar del 4.0% hacia final de 2024.
El escenario no está exento de riesgos, sobre todo de índole externo, con la situación de los conflictos geopolíticos que podrían afectar el precio de commodities energéticos y agropecuarios. También el asunto del incremento en el salario mínimo, así como un posible mayor crecimiento económico.
Respecto a la política monetaria, en un contexto de convergencia gradual de la inflación con el rango objetivo, expectativas inflacionarias de mediano plazo bien ancladas, bajo el escenario más probable de que la Reserva Federal ya no aumente las tasas, y en medio de una desaceleración de la actividad económica el próximo año, prevemos que Banxico iniciará un ciclo de bajadas en la tasa de interés de fondeo a partir del 2T24 para evitar un apretamiento adicional e innecesario de la postura monetaria.
La Junta de Gobierno ha dado señales claras respecto a que ha iniciado la discusión para evitar una postura más restrictiva en 2024, lo cual sugiere el pronto inicio de un ciclo de bajadas. La estimación es que la tasa de interés finalice este año en 9.75%.
Por otro lado, anticipamos que el tipo de cambio cerrará 2024 cerca de 18.70 pesos por dólar, lo cual implicaría una depreciación del peso mexicano de alrededor de 10% con respecto a los niveles actuales.
La reducción en el diferencial de tasas de interés entre México y EE. UU sería el factor principal que explicaría este ligero debilitamiento del peso en 2024. Además, para los meses previos a las elecciones de junio de 2024, prevemos que el peso muestre cierta volatilidad y que esta se intensifique conforme entra en juego el proceso electoral en Estados Unidos, con una posible nominación de Donald Trump como candidato republicano a la presidencia.