Si hay algo que falta en este mundo invadido por la pandemia es crecimiento. Esta circunstancia implica una muy mala noticia en el corto plazo pero esta historia no permanecerá allí para siempre. Los commodities agrícolas como la soya y el maíz han estado bajo severa presión durante todo el 2020 fruto principalmente de una economía china que siendo la principal demandante de commodites se congeló virtualmente como consecuencia del virus. Lo propio ocurre en Estados Unidos, con la economía americana teniendo a la fecha una tasa de desempleo del 10.20%. De esta forma, los principales dos bloques del mundo, China y USA, nos cuentan una historia muy cruel: los impactos de este bendito virus han sido monumentales a nivel de economía real, generación de empleo, consumo e inversión.
Sin embargo, esta historia no será así para siempre, aun cuando hoy el mundo entero esté atado con alambres. La semana pasada fue muy significativa en materia de generación de datos macroeconómicos en USA y todos han salido razonablemente bien, sumado a una temporada de reporte de resultados que ha tenido un desenlace razonable. Esto no implica que haya nada para festejar pero sí refleja a una economía global que lentamente está saliendo de su peor punto, en especial el G10. El ISM Industrial publicado el lunes pasado salió en 54 vs un 42 en el peor punto de la pandemia. El ISM Servicios salió en 58 vs un 42. La tasa de desempleo si bien altísima y en niveles del punto máximo de la crisis 2008/2009 viene bajando y está actualmente en 10.20%. Por otra parte, China y USA son dos de las economías que más estimulo vienen haciendo desde inicios de año por lo que es probable y esto es muy importante para países emergentes exportadores de materias primas que se observe desde el primer semestre del 2021 un salto muy fuerte en la actividad económica de China con todo el impacto que dicha dinámica pueda generar en los mercados agrícolas.
De esta forma y siguiendo una dinámica muy particular de esta crisis que la diferencia notablemente de la anterior (2008/2010), resulta razonable seguir imaginando mercados que operen de manera secuencial y por etapas bien marcadas en performance relativa. Primero se observó una notable recuperación de activos tecnológicos. Segundo y en especial en estos últimos 30 días se notó una salto estrepitoso de metales preciosos fruto de un mercado que sigue deprimiendo la parte larga de las yields en USA, descontando una recesión más larga pero no eterna y mas aun observando que parecería que nuevamente USA vuelve a controlar la segunda ola de contagios generada por el COVID, esto último puede resultar muy importante en el corto plazo. Tercero, es razonablemente probable que en algún momento dentro de los próximos 8 meses se observe algún avance contundente y definitivo en la cura o contención del virus. Si ese es el caso, los “rotos” en USA definidos como aquellos sectores tradicionales que por su definición de negocio fueron sustancialmente mas afectados por la pandemia comiencen una fuerte recuperación de precios. Dichos sectores se pueden resumir en tres: JETS (aerolíneas), XLE (energía) y XLF (bancos). Y pasado este “tercer” eslabón secuencial de la crisis, podría cerca de inicios del 2021 llegarle el turno a los emergentes exportadores de materias agrícolas de la mano de una economía china que se encargará de rebotar muy fuerte en ese lapso. ETFs como el EWZ de Brasil que es uno de los más castigados del espectro emergente podría tener una recuperación notable.
Nada se ve bien en el mundo actual, toda recuperación será lenta y sufrida pero eventualmente el G10 se recuperará de esta locura que hoy padecemos. No todos los sectores lo harán al mismo momento ni con la misma velocidad, seguirá siendo clave organizar la estrategia de asignación de cartera teniendo presente la heterogeneidad y secuencialidad de esta crisis lo cual la define como característica única y diferencial. El tiempo de emergentes tanto en recuperación de activos financieros como de economía real quizá esté más cerca de lo que hoy notamos. Quizá con China rebotando fuerte en 2021 y contagiando a los commodities agrícolas observemos notables rebotes en el mundo emergente. En este entorno es probable imaginar a un mercado global que se torne muy selectivo y diferencial entre la salud relativa con la que cada emergente culmine saliendo de la pandemia. También, dos ETFs que si ser emergentes comparten el mundo de commodities y parecerían poder beneficiarse con el rebote de China serían el EWA (Australia) y el EWC (Canadá).