La Comisión Europea cambió formalmente de enfoque en sus recomendaciones a los Estados miembros. En los últimos tres años, la prioridad era la consolidación de las finanzas públicas para reducir los déficits que crecieron a un paso acelerado en ciertos países como consecuencia de la crisis financiera del 2008-09. Sin embargo, esta estrategia no ha dado los resultados esperados y en muchos casos – como en Grecia, España e Irlanda - contribuyó a acentuar la recesión económica y por ende a elevar las tasas de desempleo. En este contexto, la Comisión Europea recomienda ahora dejar actuar los estabilizadores automáticos y en paralelo acelerar las reformas estructurales. Las recomendaciones para cada país serán discutidas en el Consejo Europeo el próximo 27 de junio.
Más atención al déficit estructural que al déficit general. La Comisión Europea se fija más en el déficit estructural que es el déficit que se produce independientemente de los factores cíclicos y de las medidas temporales. En el 2012, el déficit estructural declinó en 1.5 punto de PIB a 3.6% a 2.1% del PIB. La Comisión prevé una reducción del ritmo de consolidación este año. Según su proyección, el déficit estructural en la Eurozona se reducirá en 0.75 punto a 1.4% del PIB (de 3.7% a 2.9% del PIB en términos de déficit general) como se puede ver en la primera gráfica. En un contexto de debilidad de la actividad, la deuda de la Eurozona se elevará a 96% del PIB en 2014 (92.7% el año pasado).