El reporte analiza el comportamiento en lo que va del año de varias monedas y activos financieros riesgosos frente al dólar.
Los principales resultados son:
· El análisis identifica cómo el dólar en general se apreció hasta los momentos más complicados por la pandemia de COVID (23 de marzo), mientras la mayoría de las monedas y otros activos como el oro se depreciaron; y cómo desde entonces (en particular desde que la FED bajó sus tasas de interés a cerca de 0%) el dólar se ha depreciado en general y la mayoría de las divisas se han apreciado.
· Además de los estímulos monetarios de la FED, también ha favorecido a la mayoría de las monedas emergentes los avances científicos en vacunas que podrían permitir que en los próximos meses se cuente con una potencial cura para el coronavirus, así como los distintos apoyos económicos y fiscales principalmente en economías desarrolladas.
· En el caso específico del peso mexicano, este ha mostrado una mayor recuperación en los últimos meses entre las monedas emergentes y la tendencia para los siguientes es favorable, si las circunstancias en EUA y mundiales no registran cambios bruscos. Esto es, pareciera que el peso trae la fuerza suficiente para continuar con su racha positiva en el corto plazo, pero no está libre de riesgo, ya que eventos como la proximidad de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos y el conflicto geopolítico entre EUA y China podrían desencadenar momentos de volatilidad en el sentimiento de los inversionistas y con ello en el comportamiento de las monedas.
· A nivel local, el principal elemento de riesgo sería un recorte en la calificación de la deuda soberana de México, algo que por el momento luce con baja probabilidad de suceder este año.
