La última semana de enero, la noticia económica más relevante ha sido, curiosamente, una relacionada con la salud.
La nueva cepa del coronavirus que se habría comenzado a propagar al mundo desde China, ha disparado supuestos temores de una afectación económica de grandes magnitudes.
El viernes, los índices bursátiles sufrieron una pérdida generalizada que llevó al estadounidense Dow Jones a tener su peor día desde agosto, cayendo 2.1% y borrando así lo ganado durante enero. El S&P500 cayó 1.7% y así la mayoría de bolsas del mundo se fueron a la baja.
Estados Unidos ha declarado ya una emergencia nacional y las aerolíneas han comenzado a cancelar sus vuelos a y desde territorio chino. Al cierre de este reporte, sumaban ya más de 10 mil casos confirmados de infecciones por coronavirus y 213 muertes.
Sin duda, en esta era de redes sociales, la información seria se mezcla fácilmente con mitos, mentiras, bromas y memes que terminan creando paranoia y una histeria colectiva que alcanza dimensiones mundiales.
Ojo: no estamos sugiriendo que esta nueva enfermedad sea cosa de poca importancia. De hecho, todo aquello que afecte la salud debe tomarse siempre con atención y cuidado, porque nada es más importante que la salud. Sin salud, no hay inversión que nos pueda comprar la vida.
Sin embargo, lo cierto es también que con los actuales avances de la ciencia y la medicina es cuestión de semanas para que esta emergencia pase a segundo plano, por lo que es de esperar que su efecto negativo en la economía global sea relativamente modesto. Una vez que haya vacuna o formas seguras de contrarrestar la enfermedad, no volveremos a escuchar mucho de este tipo de coronavirus. No “enfermará” a la economía global.
Por este motivo, en lo financiero seguimos manteniendo nuestra previsión de que 2020 será un mejor año que el anterior, en especial para las bolsas de valores de EUA, así como la economía, el tipo de cambio, la bolsa y la inflación en México.
Este será el año del “no pasa nada, les dijimos que todo estaría bien”, o al menos, eso es lo que no se cansará de repetir la propaganda del Gobierno federal. Y así será en apariencia, pero no en la realidad.
Nuestro principal socio comercial –la Unión Americana– seguirá apareciendo como una especie de oasis de seguridad y crecimiento. En Europa, la economía está estancada, y en Asia, la verdadera y preocupante enfermedad china de la burbuja de deuda –que ha comenzado a estallar–, mantendrá la oleada de inversores hacia la seguridad del dólar, el oro y los mercados americanos de deuda.
La economía de México y el peso serán beneficiarios indirectos de dichos flujos, y con la baja base de comparación de 2019 por la recesión –ahora confirmada– de -0.1% de crecimiento que se tuvo, 2020 es muy probable que sí crezcamos y que el dólar se mantenga por debajo de los 19 pesos.
Para quienes ahorran e invierten, estos tiempos serán un auténtico regalo, pues nos permitirán continuar vendiendo nuestro capital e ingresos en pesos, para ampliar (comprar más) nuestras posiciones en activos que se seguirán apreciando en el largo plazo contra nuestra moneda: dólar, euro, oro, plata, índices bursátiles estadounidenses, bitcoin, etc.
A propósito del oro, la apreciación del peso frente al billete verde contendrá en parte la tendencia alcista del precio del metal precioso en dólares. Pese a ello, la escalada del rey de los metales en pesos continuará dando rendimientos muy por encima de lo que pueda obtener en otros activos.
Por otra parte, sugerimos también mantener un “colchón” en pesos de nuestro capital financiero para emergencias e inversiones de oportunidad. Esta pequeña porción en moneda nacional es recomendable mantenerla en una cuenta bancaria que pague tasa de Cetes, pero que nos permita mantener disponibilidad inmediata en caso de requerir el efectivo.
Esta última es una mejor idea que invertir voluntariamente en nuestra cuenta de afore. Tómela en cuenta.