El mundo aguarda con expectación la reunión de política monetaria de la Reserva Federal de esta semana, ya que los inversores siguen alarmados por la inflación, no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.
Se espera que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) no sólo confirme que terminará de reducir sus compras de bonos en marzo, sino que también indique si es inminente una subida de tasas y si la Fed liquidará pronto su cartera de bonos.
Falta de orientación política significativa
Los economistas pronostican ahora que la Reserva Federal señalará su intención de empezar a subir las tasas en esta reunión de enero y seguirá por ese camino en la reunión del 15-16 de marzo.
Los economistas de Goldman Sachs (NYSE:GS) pronostican ahora al menos cuatro subidas de tasas, pero reconocen que hay riesgos al alza y que podría haber subidas en cada reunión de política monetaria hasta que el FOMC vea algún impacto. El banco central de EE.UU. podría anunciar una liquidación de la cartera de bonos en julio, pero también podría adelantarla a mayo.
Catherine Mann, miembro externo del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, advirtió en una presentación el viernes que la inflación está afectando a partes de la economía que antes se consideraban estables.
"Gran parte de los comentarios sobre la inflación del último año han explicado las elevadas tasas actuales señalando unos pocos componentes muy volátiles, como el combustible o los automóviles, mientras argumentaban que la "inflación subyacente" seguía siendo benigna. Si bien esto puede haber sido cierto inicialmente, al entrar en 2022, esta historia ya no se sostiene."
El Comité de Política Monetaria celebrará su primera reunión de 2022 la semana que viene y Mann, ex economista en jefe de Citibank y de la OCDE, dio a entender que votaría entonces a favor de otra subida de tasas, al tiempo que instó a actuar con rapidez para evitar medidas más severas.
"En mi opinión, el objetivo de la política monetaria ahora debería ser inclinarse por este escenario de 'fuerte por más tiempo'", dijo.
Robert Heller, antiguo miembro de la junta de gobernadores de la Fed, dijo que Milton Friedman debe estar revolviéndose en su tumba, ya que los responsables de la política monetaria de la Fed han abandonado su objetivo de baja inflación y han permitido que la oferta monetaria de dinero M2 crezca de 15 billones de dólares a 21 billones en 2020-21, al absorber gran parte de la nueva deuda pública para contrarrestar la pandemia del COVID-19.
En un comentario publicado en Barron's, Heller se mostraba especialmente contrario a la continua compra de obligaciones hipotecarias por parte de la Fed. De hecho, preguntó retóricamente:
"¿Cómo tiene sentido comprar estos instrumentos, mientras los precios de la vivienda se disparan a un ritmo anual de casi el 20%?".
Una de las consecuencias para los responsables de la política de la Reserva Federal puede ser el grado de orientación que pueden ofrecer. Esta ha sido una característica de la política de la Fed desde que la crisis financiera dio paso a un largo periodo de baja inflación y bajas tasas de interés. Con entre tres y siete subidas de un cuarto de punto previstas para este año, será difícil ofrecer una orientación significativa.
Las prioridades de los candidatos a la Reserva Federal, en tela de juicio
Mientras tanto, los últimos nombramientos para el consejo de la Fed se enfrentan a algunos vientos en contra, sobre todo porque los nominados parecen menos centrados en el mantenimiento de los precios estables que en la gestión de nuevos asuntos por parte de la Fed.
El consejo editorial conservador de The Wall Street Journal criticó a la nominada para vicepresidente de regulación, Sarah Bloom Raskin, por sus puntos de vista sobre la dirección de las inversiones en energía "que podrían socavar la estabilidad financiera al castigar a algunas industrias y favorecer a otras".
En un editorial, el periódico dijo que las opiniones de Raskin "deberían preocupar a los senadores que se preocupan por la independencia de la Fed". Senadores demócratas como Joe Manchin, de Virginia Occidental, y Jon Tester, de Montana, deberían estar especialmente preocupados, ya que sus estados dependen de la inversión en combustibles fósiles.
Los críticos conservadores también han reprochado a la economista de la Universidad Estatal de Michigan, Lisa Cook, su falta de investigación en economía monetaria, lo que puede convertirse en un escollo para su confirmación.
El aumento de la inflación y la creciente preocupación por ella hacen que sea un mal momento para los nominados con otras prioridades, sobre todo porque la administración ha perdido un impulso considerable para efectuar el cambio político.