Menudo panorama tenemos en Europa, señores. Primero, el órdago que Italia mantiene con respecto a unos presupuestos inaceptables por Bruselas, con una previsión de déficit elevadísima (del 2,4%) y que el Gobierno italiano defiende a capa y espada en lo que ya se parece a Trump con su “America First” (recordemos que el primer ministro, Matteo Salvini, ha repetido hasta la saciedad que los italianos van primero, le pique a quien le pique).
Hace escasos minutos, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) ha dicho, sin referirse directamente a Italia (aunque todo el mundo sabe que se dirige a este país), que “la falta de consolidación en los países con alta deuda aumenta su vulnerabilidad” y que “si las condiciones financieras empeoran excesivamente o si las perspectivas de inflación se deterioran, el BCE debe reaccionar y ajustar el ritmo de la orientación de los tipos de interés”.
Segundo, la historia interminable en torno a un Brexit caótico, con la primera ministra, Theresa May, luchando contra su propio Gobierno para sacar adelante un acuerdo que cada vez parece menos probable, mientras que Bruselas reza para que todo vaya bien, y se plantea dar más y más plazo para que el país británico resuelva sus peleas internas.
Ante esta situación, y con un crecimiento de la Zona Euro mucho menor del esperado por el BCE, cada vez hay más expertos que apuntan que el organismo europeo se verá obligado a aplazar sus planes de subidas de tipos y no los subirá en 2019. De hecho, las palabras de hoy de Draghi pueden traer cola.
Los expertos van más allá y algunos dicen, incluso, que el BCE podría verse abocado a la compra de bonos en caso de que continúen los problemas en Italia.
Según Reuters, Pascal Blanque, director de Inversiones de Amundi, no espera un aumento de los tipos de interés el año que viene. Además, Blanque afirma que, cuando hay una sucesión en un banco central, no es el mejor momento para un cambio de política. Y recuerden que Draghi termina su mandato en el BCE en octubre de 2019.
Georg Schuh, director de Inversiones en EMEA de DWS (DE:DWSG), es otro de los que se suman a las voces de que el BCE, precisamente por Italia, puede cambiar de planes.
Incluso en el seno del propio banco central, otro de los ‘grandes’, Peter Praet, su economista jefe, también ha dejado caer esta semana en Londres que el plan de subida de tipos del organismo se podría “repensar” si fuera necesario.
Ya ven. Cierto es que Draghi ha vuelto a retomar su “Whatever it takes” en las ruedas de prensa posteriores a las reuniones del BCE, y cierto es también que los objetivos de inflación y el ritmo de crecimiento de la Zona Euro no se ajustan a las previsiones.
Quien se sume al panel de expertos que adelanta que no habrá subidas de tipos en 2019 que levante la mano.