Este año la incertidumbre se ha incrementado debido a factores de origen interno y factores de origen externo. Entre los factores de origen interno destaca la posibilidad de aplicación de políticas económicas no ortodoxas y de iniciativas que afecten la capacidad de las empresas de generar utilidades para sus accionistas.
Entre los factores externos destaca la posible disminución de la demanda externa debido a la desaceleración en EU y problemas en el comercio internacional. Ante tanto cambio vale la pena recordar los 10 principios básicos de la economía.
El primero, todos los agentes económicos (personas, gobiernos y empresas) enfrentan decisiones debido a que los recursos son escasos. En este primer principio destaca el eterno dilema entre eficiencia o equidad: se debe obtener el máximo beneficio o se debe procurar que todos tengan lo mismo.
El segundo principio implica que toda decisión tiene un costo de oportunidad: siempre se deja de ganar algo o se pierde algo, por lo que es importante comparar costos y beneficios de las diferentes alternativas.
El tercer principio radica en pensar racionalmente buscando hacer lo mejor con los recursos disponibles, esto implica pensar en términos del “margen” donde el beneficio marginal debe ser mayor al costo marginal (por ejemplo: ¿esta última decisión trae un beneficio mayor a lo que costará?
El cuarto principio implica que todos respondemos a incentivos.
El quinto principio dice que el comercio mejora el bienestar, ya sea porque pueden especializarse o porque se tiene una mayor variedad de productos a elegir.
El sexto principio dicta que los mercados son una forma eficiente de organizar la actividad económica. Sin embargo, existen distorsiones y no existe una mano invisible que las corrija automáticamente, por lo que el gobierno debe intervenir mediante regulación.
El séptimo principio dice que los gobiernos pueden mejorar el bienestar mediante el estado de derecho, promoviendo la eficiencia y mejorando la situación de equidad en un país mediante las distintas políticas económicas.
El octavo principio dice que el nivel de vida de los ciudadanos de un país depende de la capacidad de ese país de producir bienes y servicios. Es decir, a mayor crecimiento, mejor nivel de vida.
El noveno principio explica que los precios suben más aceleradamente cuando se imprime mucho dinero o se tiene un déficit fiscal alto.
Finalmente, el décimo principio dicta que en el corto plazo el pleno empleo y la baja inflación son decisiones opuestas.