El crecimiento económico durante el segundo trimestre mantuvo el buen paso de comienzos de año, y a tasa trimestral se expandió 0.9%. De acuerdo con la estimación oportuna, en términos anuales y con cifras desestacionalizadas, la economía se expandió 3.6% durante el periodo abril-junio. Por actividad económica, las variaciones positivas fueron: 4.1% para las terciarias; 2.6% para las secundarias y 2.5% para las primarias. Con ello, en el primer semestre de 2023, el PIB aumentó 3.6%.
Acumula así siete trimestres consecutivos con crecimientos positivos y en términos de valor, en espera del dato final, implicaría que alcanzó un nuevo máximo histórico.
Conforme a lo pronosticado a finales de año y principios de 2023, se trata de un desempeño mejor a lo anticipado. Es por ello, que la mayoría de los pronósticos económicos se están revisando al alza en las estimaciones de crecimiento económico para este año.
Además, crecimientos por arriba del 3.0% siempre llaman la atención en economías como la mexicana, donde la costumbre es expansiones en promedio alrededor del 2.0% en las últimas tres décadas.
Una robusta generación de empleos, mejoras en salarios, un flujo significativo de remesas, una resiliencia de la economía de EUA y la expectativa de mayores montos de inversión, tanto extranjera como local, por el nearshoring, son los principales elementos detrás de esta mejora en el desempeño económico del país. Esto bajo la premisa que también le favorece un efecto base positivo debido a que todavía en 2022 la economía mexicana se encontraba justo tratando de recuperar los niveles previos a la pandemia.
El factor más relevante ha sido el motor interno, particularmente el consumo privado muy favorecido por una mejora en la masa salarial. La tasa de desempleo se ubica en 2.65%, un mínimo histórico, favorecida por una mayor actividad industrial en el país y la mayor migración hacia EUA, donde nuestros paisanos han encontrado grandes oportunidades de trabajo por un mercado laboral muy ajustado y con crecimientos constantes.
Mientras el empleo en México sigue aumentando, los salarios también han mantenido una senda positiva de crecimientos. Contribuyen a ello, las mismas presiones salariales que resultan de un menor desempleo, sobre todo en el Norte del país, así como la política implementada de llevar a cabo incrementos en el salario mínimo.
Del lado del motor externo, ha sido sorprendente la resiliencia de la economía de Estados Unidos a pesar de estar expuesta al ciclo de endurecimiento monetario más pronunciado en las últimas cuatro décadas. Desde finales de 2022, se especula con una recesión económica en el país norteamericano, pero, aunque algunos sectores se han enfriado por la subida de tasas de interés, la mayoría de los indicadores ofrecen señales de mejora. Así, la industria manufacturera mexicana crece a ritmos significativos, destacando el avance del casode la industria automotriz mexicana, que depende crucialmente de la demanda de Estados Unidos.
Lo relevante será sí mantiene este buen ritmo en la segunda mitad del año. La respuesta depende fundamentalmente de lo que ocurra con la economía de Estados Unidos. Si bien en las últimas semanas ha bajado la probabilidad de recesión, todavía sigue siendo un escenario factible, sobre todo porque la expectativa es que la tasa de interés de la Fed permanezca en niveles altos el mayor tiempo posible.
Si esto ocurre, sería hacia el cuarto trimestre de este año (o en 2024) y con ello la economía mexicana sufriría los efectos a través de menores exportaciones y un menor crecimientopara el resto de 2023.
En un escenario en el que la economía de EUA entre en recesión, la cual consideramos sería de baja profundidad y duración, estimamos que el crecimiento el PIB de México de este año sería cercano a 2.3%. Pero si la economía de Estados Unidos logra evitar la recesión, la economía mexicana podría expandirse cerca del 3.0% durante todo 2023.