Este artículo fue escrito en exclusiva para Investing.com
- Los más adeptos de las criptomonedas observan desplomarse su valor
- Los reguladores no podrían estar más satisfechos
- Ya hemos pasado por esto
- Las monedas fiduciarias que ofrecen tipos de interés más elevados podrían aplastar a las criptomonedas
- El rendimiento del oro supera el de la floreciente clase de activos
A principios de noviembre de 2021, cuando el Bitcoin y el Ethereum iban camino de los máximos históricos que alcanzaron el 10 de noviembre, los alcistas de las criptomonedas creían que el precio del Bitcoin alcanzaría los 100.000 dólares por token a finales de año. Si eso hubiera ocurrido, la capitalización de mercado del Bitcoin habría ascendido a 3 billones de dólares.
Sin embargo, la música alcista se detuvo bruscamente el 10 de noviembre, cuando tanto el Bitcoin como el Ethereum registraron máximos históricos y luego revirtieron su rumbo, para cerrar a precios más bajos que los de la sesión anterior. Al principio, los devotos de las divisas digitales interpretaron la acción de los precios como otra recogida de beneficios, y siguieron esperando que las volátiles criptomonedas reanudaran su ascenso.
Pero el Bitcoin y el Ethereum no volvieron a mirar atrás. Los dos tokens cayeron, registrando máximos y mínimos más bajos hasta finales de enero. La semana pasada, cayeron a mínimos aún más bajos, ya que las ventas siguieron lastrando el mercado de valores.
Algunos analistas comenzaron a considerar el Bitcoin, el Ethereum y otras criptomonedas coberturas contra la inflación el año pasado, ya que subieron con los índices de precios al consumo y al productor. Incluso llegaron a decir que el oro era un activo muerto, sustituido por la floreciente clase de activos de las criptomonedas.
Sin embargo, a principios de 2022, el oro ha brillado mientras que las criptomonedas siguen languideciendo. Tras años de rendimiento superior, en enero de este año, a las criptomonedas les ha ido mucho peor que el metal precioso.
Todavía es demasiado pronto para saber si la tendencia continuará, pero el oro ha sido históricamente un activo mucho más estable que las criptomonedas. Además, un influyente grupo de Gobiernos y banqueros tradicionales desearía que las criptomonedas se desvanecieran y desaparecieran en 2022 de los libros de historia económica.
Los más adeptos de las criptomonedas observan desplomarse su valor
Desde los máximos históricos registrados el 10 de noviembre, la acción de los precios de las criptomonedas ha sido espantosa. Ese día, los futuros de Bitcoin y Ethereum mostraron patrones de reversión clave bajistas en los gráficos diarios, ya que el precio registró nuevos máximos y cerró por debajo de los mínimos de la jornada anterior. Una reversión bajista podría llevar a una corrección en los mercados; en el caso de las criptomonedas, llevó a una carnicería.
Fuente: CQG
El gráfico semanal muestra la caída desde los 69,355 dólares por token de mediados de noviembre hasta los últimos mínimos registrados la semana pasada en 32,855 dólares. Los futuros de Bitcoin perdieron más de la mitad de su valor, con un descenso del 52,6% desde máximos hasta mínimos. La criptomoneda líder se encontraba en el nivel de 37.000 dólares el 28 de enero, mientras que en el momento de redactar estas líneas, a 31 de enero, ronda justo por encima de los 37,000 dólares. La acción del precio de los futuros de Ethereum fue ligeramente peor.
Fuente: CQG
El Ethereum se ha desplomado de los 4,902.75 dólares del contrato de futuros de enero hasta mínimos de 2,158 dólares la semana pasada, una caída del 56%. Actualmente, en el nivel de 2,425 dólares, el Ethereum no se encuentra muy apartado de sus últimos mínimos.
Los reguladores no podrían estar más satisfechos
Cuando los precios de las criptomonedas despegaron el año pasado y la capitalización de mercado de la clase de activos se disparó hasta los 2.6 billones de dólares, con la posibilidad de que a mediados de noviembre la valoración global del mercado alcanzara los 3 billones de dólares o más, los reguladores y funcionarios gubernamentales de todo el mundo observaron petrificados, como ciervos hipnotizados por la luz de unos faros. Es probable que ahora se sientan muy aliviados, ya que el valor global de la criptoesfera ha caído en picado; a finales de la semana pasada se situaba en el nivel de 1.73 billones de dólares.
La disminución de la capitalización de mercado y la caída de los precios del Bitcoin, el Ethereum y muchas otras criptomonedas han frenado el frenesí especulativo, dando tiempo a los reguladores a considerar cómo abordarán la clase de activos. Con Rusia en el punto de mira de Estados Unidos y la OTAN, el plan de Moscú es restringir las criptomonedas; China ya ha restringido oficialmente la actividad de las criptomonedas.
El descenso de las criptomonedas a finales de 2021 y principios de 2022 da a los reguladores estadounidenses y europeos más tiempo para pensar cómo regular la clase de activos que amenaza su control de la oferta monetaria cuando empiece a subir de nuevo.
Ya hemos pasado por esto
Las criptomonedas han sido muy volátiles los últimos años, así que esta última caída no debería ser una sorpresa.
Los mercados alcistas rara vez se mueven en línea recta, y las correcciones de los activos más volátiles e ilíquidos suelen ser terribles. Los futuros de la madera cayeron desde los máximos históricos de más de 1.700 dólares por 1.000 pies tablares de mayo de 2021 hasta mínimos de 488 dólares en agosto de 2021, para después volver a superar el nivel de 1.170 dólares a finales de 2021 y situarse en más de 1.300 dólares a principios de 2022 antes de volver al nivel de 1.000 dólares.
Cuando se trata de la variación de precios, el Bitcoin tiene un pasado ilustre.
Fuente: CQG
El gráfico muestra los repuntes explosivos y las correcciones implosivas que llevaron al Bitcoin desde:
Máximos de 20,650 dólares en diciembre de 2017 a mínimos de 3,120 dólares en diciembre de 2018.
Un repunte hasta 13,915 dólares en junio de 2019 llevó a una corrección a 4.120 dólares en marzo de 2020.
La explosión que impulsó el Bitcoin hasta los 65,520 dólares en abril de 2021 llevó a una caída a 28,800 dólares en junio de 2021.
El último pico registrado en 69,355 dólares a mediados de noviembre de 2021 terminó con una corrección que lo llevaba la semana pasada hasta mínimos de 32,855 dólares.
Cualquiera que se sorprenda por la reciente acción del precio sólo tiene que mirar atrás y comprobar el volátil historial del Bitcoin estos últimos cuatro años.
Las monedas fiduciarias que ofrecen tipos de interés más elevados podrían aplastar a las criptomonedas
La Reserva Federal de Estados Unidos ha declarado que está preparada para hacer frente a la creciente presión inflacionaria mediante el ajuste de la política monetaria. La flexibilización cuantitativa se convertirá en ajuste en los próximos meses a medida que la Fed reduzca su hinchadísimo balance.
La subida de los tipos de interés de la Fed desde el 0% está a sólo unas semanas de distancia, y el banco central de Estados Unidos parece dispuesto a subir los tipos a corto plazo de forma agresiva en los próximos meses. Otros bancos centrales van a seguir el ejemplo de la Fed, ya que el dólar estadounidense es la moneda de reserva mundial. Los futuros de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 30 años han superado recientemente un nivel técnico bajista.
Fuente: CQG
El gráfico mensual de los futuros de los bonos a largo plazo muestra los recientes mínimos de 153.07, la cota más baja desde julio de 2019. Dado que los precios de los bonos se mueven de forma inversa al rendimiento de los mismos, los tipos a largo plazo han estado subiendo.
A medida que aumenta el rendimiento de las monedas fiduciarias, las criptomonedas se ven obligadas a competir con ellas. Los más devotos de las criptomonedas han argumentado que la clase de activos es un activo de cobertura contra la inflación. Sin embargo, desde mediados de noviembre, las previsiones de subida de los tipos de interés de las monedas fiduciarias han lastrado el valor de las criptomonedas.
El oro ha superado a la floreciente clase de activos en 2022
El oro ha sido siempre el principal barómetro de la inflación, pero ofreció un rendimiento inferior a la clase de activos de las materias primas en 2021, ya que el precio del metal precioso descendió un 3,51% el año pasado. Los futuros del contrato de oro del COMEX de próximo vencimiento se situaron en 1,828.60 dólares por onza el 31 de diciembre de 2021.
Por su parte, el Bitcoin se situó en 47,985 dólares la última jornada de cotización de 2021, y el Ethereum en 3.791 dólares por token. La capitalización de mercado de la clase de criptoactivos ascendía a 2,166 millones de dólares a finales de 2021.
El 28 de enero de 2022, el oro cotizaba a 1,784.90 dólares, un 2.4% por debajo de su nivel en lo que va de 2022. El Bitcoin, en 37.085 dólares ese día, estaba un 22,7% más bajo, y el Ethereum, en 2,625 dólares, un 30.7%. La capitalización de mercado de la clase de activos en el nivel de 1.73 billones de dólares era más de un 20% inferior. El oro ha superado el rendimiento de las criptomonedas durante el primer mes de 2022.
No hay que perder de vista la actuación del oro frente a la de las criptomonedas, ya que es probable que la discusión sobre qué activos son la mejor opción de cobertura contra la inflación continúe los próximos meses.
Debemos estar preparados para una gran volatilidad de las criptomonedas, así no nos sentiremos decepcionados. Es imposible adivinar cuándo se tocará fondo o techo en ningún mercado, ya que los mercados alcistas tienden a llevar los precios a niveles que desafían el análisis lógico y racional en las subidas y hacen lo mismo en las bajadas.
Recordemos que el 10 de noviembre parecía que era cuestión de tiempo que los que estaban convencidos de que el Bitcoin alcanzaría los 100.000 dólares por token cantaran victoria. Ahora, parece que podría situarse en 10.000 dólares fácilmente, lo que significaría que estaríamos más cerca de tocar fondo que techo en 2022.
Mientras tanto, el mercado alcista a largo plazo del oro que comenzó en 1999 se mantiene intacto. Por debajo del punto de pivote de 1.800 dólares, el metal precioso sigue encaminándose hacia los máximos históricos registrados en agosto de 2020 y consolidando sus ganancias desde que se disparara como un cohete.