Los ministros de Economía y Finanzas del Grupo de lo 20 (G20), mantuvieron el lunes una conversación telefónica de emergencia donde se esperaba una declaración conjunta, dada la fuerte crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, las profundas divisiones entre Estados Unidos y China sobre la responsabilidad del brote, volvió a frenar la posibilidad de un a respuesta coordinada, como la que se orquestó para hacer frente a la crisis financiera y posterior Gran Recesión de 2009.
El Grupo de los 7 (G7), que incluye principalmente a las grandes economías occidentales, logró emitir un comunicado conjunto la semana pasada, al cierre de las conversaciones de emergencia similares pero su mensaje se caracterizó por no hacer referencia a China, la segunda economía más grande del mundo. Los líderes mundiales del G20 tienen previsto hablar esta semana, pero no está claro si podrán llegar a un consenso sobre un estímulo fiscal global.
No obstante, los ministros de Finanzas insistieron en que la reunión virtual del G20 del lunes había valido la pena. El francés Bruno Le Maire tuiteó sobre el “impacto violento de la pandemia en la economía global, el necesario apoyo financiero para los países en desarrollo y los preparativos para una estrategia de salida común de la crisis”.
Georgieva recalcó que la perspectiva para el crecimiento global para 2020 “es negativa” desmontando ya una recesión al menos tan fuerte o incluso peor que la sufrida como consecuencia de la crisis financiera mundial. Aún así, desde el FMI se espera “una recuperación en 2021”.
Dicho esto, para que la economía global pueda repuntar es primordial priorizar la contención y fortalecer los sistemas de salud, en todas partes del mundo. “El impacto económico es y será severo, pero cuanto más rápido se detenga el virus, más rápida y fuerte será la recuperación”, reconoció la principal funcionara de la institución con sede en Washington.
Sin embargo, Washington y Pekín continúan tensando su relación durante las últimas dos semanas a la hora de buscar responsabilidad de la pandemia. El presidente de EEUU, Donald Trump, ha incrementado sus ataques verbales y defendido su decisión de referirse al COVID-19 como el “virus chino”. El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, también ha criticado duramente la falta de transparencia de China y acusándolo de poner en riesgo un innumerable número de vidas.