- La economía habría tenido una variación de 3.3% anual y 0.0% mensual en sept.
- Con estas cifras, el crecimiento del PIB en el 3T-22 sería cercano a 0.2% trimestral.
- En todo el año, el avance parece estar topado en niveles de 2.0%.
La actividad todavía se ubica 1.4% debajo de su nivel prepandemia
Hoy el INEGI publicó el Indicador Oportuno de la Actividad Económica, que pronostica variaciones de la economía en un orden de +0.1% mensual para agosto y de 0.0% para septiembre. Si se materializaran estas cifras, entonces el crecimiento del PIB en el tercer trimestre del año sería cercano a 0.2% trimestral (t/t), una cifra muy distinta a las sorpresas de +1.1% y +0.9% de los primeros dos trimestres del año, aunque pensamos que el resultado podría ser incluso menor. Visto desde otra perspectiva, el promedio de las tasas mensuales entre julio y septiembre sería de 0.16%, lo que reafirma la desaceleración de la economía, pues si se anualiza esta cifra, el resultado equivale a un aumento de 1.9% del PIB en todo el año, mientras que el promedio de las tasas del primer trimestre equivalía a un aumento de 5.2%. Con ello, las estadísticas en nuestro país se alinean con la tendencia de debilidad global y advierten sobre la inminencia de tiempos adversos para la actividad económica.
La desaceleración sería generalizada entre los sectores
De manera más desagregada, el desempeño de la economía ha sido similar entre la industria y los servicios desde junio y se prevé que continué así en los 2 meses que cubre el IOAE. En septiembre, las tasas de variación serían de 0.0% m/m y -0.1% respectivamente, lo que nos hace pensar que la gran mayoría de las actividades económicas permanecerán estancadas durante el mes, con algunas excepciones. Dentro de estas, esperamos que las manufacturas sigan teniendo un comportamiento positivo y sorprendiendo al alza a partir de la inercia mostrada por las cadenas globales de valor tras meses de un funcionamiento interrumpido. Por otro lado, la construcción y el comercio al por menor podrían ser aquellas que agreguen debilidad a la tendencia económica ante el sentimiento de incertidumbre que prevalece.
Rumbo Económico
A 28 meses del colapso por la pandemia de Covid-19, la economía mexicana mantiene un rezago de 1.4% frente a los niveles de inicios de 2020 y aunque la recuperación en 2022 ha sido relativamente constante, las cifras del IOAE sugieren que nos acercamos a un punto de inflexión en el horizonte. De hecho, si consideramos las variaciones mensuales, se percibe un patrón de parálisis en 4 de los últimos 5 meses, lo que deja ver que la ausencia de catalizadores está bien arraigada. Ello seguirá limitando los pronósticos de crecimiento, pues ante las destacadas cifras de la primera mitad del año, el potencial para la variación del PIB en 2022 llegó a acercarse a 3.0%, pero ahora las probabilidades favorecen que los últimos 6 meses del año sean de estancamiento y ello toparía las estimaciones para el PIB en niveles de 2.0%. No obstante, con la recesión tocando a la puerta de varias economías avanzadas y la resolución pendiente de las controversias en el marco del TMEC, los riesgos parecen acentuarse, por lo que aun es pronto para pensar en que el panorama pueda estabilizarse.