El pasado viernes comenzó la audiencia pública que tratará la revisión tarifaria integral para las distribuidoras de energía dentro de la Capital Federal y Gran Buenos Aires. De esta manera, el Gobierno pretende generar un clima de mayor certidumbre en lo que respecta a los aumentos de los servicios públicos para 2017. Otra noticia importante de la semana fue que, este martes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos publicó el Estimador Mensual de Actividad Económica, utilizado como referencia adelantada del PBI. En el informe se observa para el mes de agosto, una variación interanual negativa de 2,6%. Sin embargo, en medición desestacionalizada, durante el octavo mes se logró una suba de 0,2% respecto de julio luego de cuatro caídas consecutivas. Este factor, de confirmarse en los meses subsiguientes, estaría indicando un punto de giro y el comienzo de la recuperación de la actividad económica.
Siguiendo con el nivel de actividad, esta semana se conoció el Índice de Producción Industrial (IPI) realizado por FIEL. En el mismo, se destaca para el mes de septiembre una merma de 8% interanual. Asimismo, en términos desestacionalizados, se observa una disminución de 2,6% respecto de agosto. Del mismo modo, el tercer trimestre presenta una caída de 6,9% en comparación a igual periodo de 2015. Sin embargo, respecto del segundo trimestre, se observó una suba de 0,2% luego de cuatro trimestres consecutivos a la baja. Respecto al consumo, este miércoles la Universidad Torcuato Di Tella publicó el Índice de Confianza al Consumidor (ICC) en el cual se señala que durante el mes de octubre la confianza del consumidor aumentó un 6,3% respecto de septiembre. Sin embargo, respecto a octubre del año pasado, el informe señala una merma de 19,2%. Aunque si tomamos como referencia el décimo mes de 2014, año en el que también la economía estaba en recesión, la variación arroja una suba de 4,8%. Por otro lado, el INDEC también publicó la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) para agosto. En el mismo, se destaca que durante el octavo mes del año las pernoctaciones en establecimientos hoteleros se estimaron en 3,5 millones. Esta cifra, representa una merma de 1,3% interanual. Asimismo, si tomáramos en cuenta únicamente las pernoctaciones de viajeros residentes, la disminución alcanza niveles de 3,2 puntos porcentuales a igual periodo. Sin embargo, analizando la de los no residentes se logra apreciar un incremento de 7,2%.
Respecto a la política monetaria, Federico Sturzenegger decidió mantener inalterada la tasa de referencia por quinta semana consecutiva. Por lo tanto, la tasa de la Lebac a 35 días continúa rindiendo un 26,75%. El motivo continúa siendo el hecho de que no se observan disminuciones en las expectativas de inflación para 2017. De tal manera, el índice de expectativas inflacionarias medido por Di Tella indica que la mediana de octubre para los próximos 12 meses sigue ubicándose en 20% cuando la meta del Banco Central está es tablecida entre bandas de 12% y 17%. La operación realizada por el BCRA significó una contracción neta de $9.501 millones.
El mercado laboral revierte su tendencia
Hace por lo menos 5 años que la dinámica del mercado laboral no es buena. El 2011 fue el último año en el que se observó un crecimiento importante en la cantidad de empleados registrados del sector privado. A partir de allí, si el desempleo no aumentó a un ritmo mayor fue solo como consecuencia de la función del empleo público como absorbente del excedente en el mercado laboral; pero la demanda de trabajo privado era claramente insuficiente para incorporar a los nuevos trabajadores que ingresan año a año al mercado laboral. En el primer gráfico se presenta la evolución de la cantidad de trabajadores privados registrados a través de las series anuales desestacionalizadas. A simple vista los años 2013 y 2014 fueron de estancamiento en la generación de empleo, el 2015 mostró una tendencia positiva hasta el mes de agosto y desde allí comenzó a caer, proceso que continuó hasta julio de este año. Según las últimas cifras del Ministerio de Trabajo en el mes de julio la variación desestacionalizada respecto a junio fue 0%, es decir que la caída se detuvo, y ya con los datos de agosto se observa la primera variación positiva: la cantidad de empleados registrados en el sector privado habría tenido un débil crecimiento (0,1%), resultado no observado desde agosto del año pasado, hace exactamente doce meses. Claro está que, al igual, con muchas otras variables macroeconómicas, las comparaciones interanuales continúan mostrando variaciones negativas debido a que el parámetro de comparación (los meses de 2015) quedaron a una distancia considerable luego de acumular tantos meses con caídas mensuales. Si esta incipiente tendencia logra consolidarse en los meses siguientes, quizás se observe una convergencia con los niveles del año pasado recién en el mes de diciembre, poniendo fin a las caídas interanuales. Para el año próximo las expectativas son más positivas: con muchas de las restricciones con las que funcionaba la econom ía hasta el año pasado eliminadas, y un crecimiento del PBI esperado de al menos 3%, la demanda de empleo debería crecer a un ritmo más fuerte, como no se observa desde el año 2011.
La otra variable relevante para analizar el mercado laboral es la evolución del salario, y más precisamente la del salario real. Con la combinación de la reducción de la inflación que se registró en los meses de agosto y septiembre y el incremento de los salarios, comenzó a observarse, a partir de julio, una recuperación de los salarios reales. Tal como lo explicó en reiteradas ocasiones el ministro Prat Gay, era esperable que una vez que la aceleración de la inflación llegara a su techo (en el mes de julio) y comenzara a descender en términos mensuales e interanuales, el crecimiento mensual de los salarios se ubicaría por encima del crecimiento de los precios y la caída en el poder de compra salarial comenzaría a revertirse. En términos concretos, en julio el promedio de los salarios registrados por el Ministerio de Trabajo tuvo un crecimiento real del 6,3% y en agosto del 2%. De esta forma, la caída interanual que había alcanzado un máximo de 8,1% en julio se redujo al 3,5% en agosto. Es decir que, con relación al nivel de salarios reales también se encuentra otra reversión de tendencia: lo que caía hasta el mes de junio cambió el signo de variación mensual y comienza a recuperarse. En promedio, durante los primeros 8 meses del año se registra un índice de salario real del 1,04 (con base 1 en enero de 2009). Esto implica que la caída del salario real en lo que va del año fue más acelerada que la ocurrida en 2014 pero también lo fue la recuperación, por lo que en promedio el poder de compra salarial se encuentra en línea con lo sucedido en los primeros 8 meses del 2014. En relación al 2015 el promedio indica una reducción del 4% en el poder adquisitivo salarial, y es este el argumento principal para los reclamos de reapertura de paritarias, bonos de fin de año, etc
Ahora bien, una vez descritos ambos fenómenos es importante pensar en el efecto económico combinado de lo sucedido hasta el momento y de aquí en adelante: mientras que en los primeros 6 u 8 meses del año el nivel de empleo caía y el salario real se hundía, el quiebre de tendencia (crecimiento del empleo y recuperación del poder adquisitivo salarial) implica una recuperación importante de la masa salarial real, luego de varios meses de caída. Esto impactará directamente en los niveles de consumo privado y demanda agregada, impulsando la reactivación del nivel de actividad. El famoso “segundo semestre” no es más que esto. Una vez digeridos los ajustes más importantes e impostergables (esto no implica que no queden múltiples ajustes aún por llevar a acabo) que debían aplicarse, la demanda tocaría su piso y comenzaría a revertir la tendencia. Este fenómeno que puede ser analizado desde distintos mercados, también es claramente identificable a través de la dinámica del mercado laboral: los últimos datos del ministerio de trabajo pueden ser vistos como un “brote verde” más.