La onza de oro subió un 13,50% en lo que va de abril y los contratos futuros del metal alcanzaron los USD 1788, su valor más alto desde noviembre de 2012.
En plena crisis de los mercados financieros por la pandemia del coronavirus, el oro ha tenido un desempeño bastante positivo en lo que va del año.
No obstante, uno de los principales motivos que impulsó la continuación del rally alcista fueron las medidas de emergencia aplicadas por el Sistema de la Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos con el fin de estimular a la economía mediante un recorte significativo en las tasas de interés y un aumento considerable de la emisión monetaria.
Cuando los bancos centrales de todo el mundo implementan medidas de estímulo, el precio del oro suele aumentar debido a que se lo considera como un refugio contra la inflación. Durante la crisis financiera de 2008, la FED decidió aumentar la inyección de dólares en la economía para disminuir los efectos de la recesión y el metal terminó beneficiándose en el mediano y el largo plazo, logrando subir más de un 170% en apenas tres años.
Sin embargo, aunque con el correr del tiempo el oro se vea beneficiado por las medidas de la FED, los expertos creen que es fundamental tener cautela y esperar al momento apropiado para invertir en el activo.
Antes de su impresionante rally alcista durante el período entre 2008 y 2011, el metal había sufrido una caída de más del 30% de su valor en las primeras semanas de la crisis financiera causada por la burbuja en el mercado inmobiliario estadounidense. Por lo tanto y en caso de seguir esta línea, si los mercados se encuentran en el inicio de una posible recesión, es posible que el oro pase por una corrección bajista antes de comenzar a subir.
En marzo, mientras los índices de Wall Street se desplomaron cerca de un 35% en cuestión de semanas, lejos de actuar como un “activo refugio”, el oro cayó cerca de un 15%, llegando a operar en los 1450 dólares por onza en su peor momento del año.