La estrategia de inversión más común de los últimos 40 años no va a funcionar más. Hay sólidos argumentos para pensar que se está terminando el ciclo de tasas de interés en baja que empezó en 1980 y que le hizo la vida tan fácil a todos los asesores financieros.
Gráfico de la Tasa a 10 años de los EEUU
Incluso, si quieren ver un gráfico de más largo plazo, les dejo este de los últimos 700 años:
La receta de comprar bonos para ahorrar queda en jaque y no garantiza nada. El cupón que paga un bono será anecdótico y lo más importante será cuanto se mueva su precio. Esta es una de las consecuencias de la colosal emisión monetaria de los principales Bancos Centrales del mundo.
El peligro de los bonos del que nadie habla es que están aumentando fuertemente las expectativas de inflación y como consecuencia eso hará que los precios de los bonos caigan.
La siguiente tabla es contundente. En contextos inflacionarios, invertir en bonos es sinónimo de perder dinero (teniendo en cuenta el cupón y la inflación):
El que no se adapte puede perder una parte grande de lo que tiene. ¿La solución?
- Primero entender que las cosas cambiaron y que se acabó la solución de delegar ciegamente a un asesor.
- Entender que algo de tiempo le van a tener que dedicar.
- Aprender cómo funciona el mundo financiero hoy y estudiar las alternativas de inversión.
Los dos primeros puntos son los más difíciles de entender. Especialmente para aquellos inversionistas para los que siempre resultó una experiencia exitosa delegar las decisiones de inversión en un asesor o simplemente comprar bonos. El mundo cambió con la pandemia y vamos a una situación inflacionaria. El que no se adapte, perderá en grande.