El peso mexicano anticipa otra jornada volátil, por momentos presionándose hacia $18.43 spot, para luego recortar pérdidas a $18.25. En esta jornada, los inversionistas siguen atentos a datos económicos, como el PIB de EUA que superó expectativas; la rentabilidad de los bonos gubernamentales, en especial el del tesoro estadounidense de 10 años que se acerca por momentos otra vez a 5.0%; a los resultados empresariales, principalmente las grandes tecnológicas, donde Meta cae pese a superar previsiones con sus utilidades e ingresos del tercer trimestre; en la decisión del Banco Central Europeo que cumple el guion y deja sin cambios sus tasas de interés de referencia y; al conflicto en Medio Oriente, donde se mantiene la posibilidad de que Israel está preparando una invasión terrestre para recuperar la franja de Gaza. Por el resto del día, el tipo de cambio podría fluctuar entre los $18.20 y $18.40 spot (el euro entre $1.051 y $1.058).
La sobrerreacción negativa que se ha estado observando en los principales activos de mayor riesgo se puede atribuir en gran medida a las tomas de beneficios por parte de unos inversionistas que tienen abiertos en estos momentos varios frentes a la vez: las tensiones geopolíticas; las políticas monetarias restrictivas de los bancos centrales; el consiguiente fuerte repunte de las tasas de interés a largo plazo; la debilidad de la recuperación económica de China tras la reapertura; el reciente nuevo repunte del precio del petróleo y el temor a que, si el conflicto de Gaza se extiende en el tiempo y a otros países.
La economía estadounidense confirma el buen paso con la cifra del crecimiento del PIB en el tercer trimestre del año. La expansión fue 4.9% trimestral anualizada, por arriba del 4.5% pronosticada y del 2.1% del trimestre previo. El rubro de consumo, el principal componente, avanzó con fuerza también en 4.0%.
Este reporte genera dos efectos contrarios entre operadores e inversionistas. La primera es que una economía fuerte complica la tarea de la Fed, lo que reabriría la posibilidad de que la autoridad estadounidense pueda volver a subir la tasa de interés o mantenerla todavía un mayor tiempo en los niveles actuales. La segunda es que la fortaleza de la economía norteamericana mejora los fundamentales y reduce la posibilidad de una recesión, aumentando la apuesta de lograr el tan ansiado “aterrizaje suave”.
A la par, se dio a conocer el índice de precios del gasto de consumo personal subyacente trimestral (PCE core), el cual muestra una desaceleración importante a 2.4% anual, desde el 3.7% previo. Esto genera ajustes a la baja en las estimaciones de analistas sobre el dato mensual de septiembre de PCE que se dará a conocer mañana viernes, la medida de inflación favorita de la Fed.
Por lo pronto, la reacción inicial del mercado al dato del PIB y del PCE trimestral ha sido positiva. Así, el rendimiento de los bonos de 10 años del tesoro estadounidense retrocede a 4.90% desde el 4.99% de la madrugada, dando un respiro a las monedas y bolsas de valores.
Por otro lado, con relación al conflicto bélico en Medio Oriente, el Ejército de Israel ha realizado una "incursión selectiva" nocturna con tanques en el norte de la Franja de Gaza, previa a próximas etapas del combate contra el grupo islamista Hamás.
En la Eurozona, en línea con lo esperado, el Banco Central Europeo mantuvo sin cambios sus tasas de interés de referencia, después de diez subidas consecutivas. La autoridad reiteró que las tasas permanecerán en niveles altos por un tiempo prolongado y que continuará aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados.
Por su parte, las grandes tecnológicas siguen presentando resultados correspondientes al tercer trimestre del año. En EUA al cierre del miércoles presentó cuentas Meta, matriz de Facebook (NASDAQ:META) y Instagram. La compañía anunció utilidades e ingresos por encima de lo esperado, pero la acción bajaba en el mercado fuera de horario por la preocupación del mercado ante el freno del mercado publicitario.
Las principales bolsas en el mundo operan con caídas, muy atentas a los reportes corporativos y a la última cifra del PIB estadounidense.