Después de la ligera presión de la tarde-noche de ayer jueves, que lo llevó a cotizar a niveles cercanos a $16.95 spot, el peso mexicano borra las pérdidas y se aprecia por momentos alrededor de 30 centavos hacia $16.64 spot, un nuevo mejor nivel desde diciembre de 2015, en una semana que ha estado marcada por los bancos centrales, ahora incidiendo también los anuncios del Banco de Japón. También es noticia el reporte del indicador de precios del gasto en consumo personal (PCE), que en su rubro subyacente y a tasa anual retrocedió un poco más de lo anticipado. Por el resto del día, el tipo de cambio podría fluctuar entre los $16.63 y $16.80 spot (el euro entre $1.096 y $1.102).
El Banco central de Japón mantuvo sin cambios su tasa de interés de referencia, pero ha prometido una mayor flexibilidad en el control de la curva de rendimiento.
Así, ha decidido mantener su objetivo de tasas de interés a corto plazo en el -0.1%. También ha elevado su previsión media de inflación al 2.5% para el ejercicio fiscal 2023, por encima de su predicción del 1,8% del pasado mes de abril.
Asimismo, llevará a cabo el control de la curva de rendimientos con mayor flexibilidad, considerando los límites superior e inferior del rango como referencias y no como límites rígidos, en sus operaciones de mercado. Esto es, anunció que ofrecerá la compra de bonos a 10 años al 1% todos los días hábiles mediante operaciones a tasa fija a menos que no se presenten ofertas, una medida que amplía de hecho su tolerancia en otros 50 puntos base.
La medida envió el rendimiento de los bonos a 10 años de Japón a su nivel más alto desde 2014, provocó oscilaciones en el yen y generó un debate sobre si el país comenzará a normalizar la política.
La autoridad monetaria japonesa se ha visto presionada para endurecer su política monetaria, ya que la inflación ha superado el objetivo del 2% durante 15 meses seguidos, mientras que los salarios empiezan por fin a aumentar tras años de estancamiento. Sin embargo, el banco central ha optado por mantener su política de relajación afirmado que la inflación se ralentizará hacia finales de este año, una opinión que también comparte el gobierno japonés.
El mercado cambiario mexicano inicialmente se presionó por la noticia del Banco de Japón, debido a que gran parte de lo que justifica la apreciación de la moneda mexicana de los últimos meses es el fenómeno del carry-trade, particularmente el generado por inversionistas japoneses. La posibilidad de que la mayor flexibilidad en el control de la curva se traduzca en fuertes subidas en las tasas de los bonos de Japón podría desincentivar las ganancias del carry-trade, lo que provocaría reacomodos de portafolios y regresos de recursos financieros a activos denominados en yenes. Debido a que apenas se trata de un primer intento en la búsqueda de cambiar la postura ultra-acomodaticia del país asiático, el impacto negativo sobre la moneda mexicana se diluyó rápido y esta volvió a enfocarse en las implicaciones que tuvieron otras decisiones en la semana, como lo fue lo anunciado por la Fed.
Por otro lado, los principales indicadores de inflación de Estados Unidos siguen enfriándose y el gasto de los consumidores repuntó en junio, lo que refuerza el impulso de la economía de cara al tercer trimestre. El índice de precios de gastos de consumo personal (PCE) subió 0.2% mensual y 3.0% anual, ambas en línea con lo pronosticado. El llamado índice de precios PCE subyacente, que excluye componentes volátiles como alimentos y energía, también subió un 0.2% respecto al mes anterior y un 4.1% frente a junio de 2022. Este último, la moderación fue una décima más de lo pronosticado.
En Alemania, el PIB no registró cambios significativos durante el segundo trimestre del año respecto de los tres meses anteriores, cuando se contrajo un 0.1%. El estancamiento de la actividad entre abril y junio pone fin a dos trimestres consecutivos de contracción.
Las principales bolsas en el mundo operan con ganancias, todavía asimilando reportes corporativos, los recientes indicadores económicos y las últimas decisiones de política monetaria de los principales bancos centrales.