El peso mexicano cotiza en 20.2941 pesos por dólar, con una depreciación de 0.74% o 14 centavos, lo que se da a la par de un aumento en la aversión al riesgo global que lleva al índice ponderado del dólar a ganar 0.94%.
Desde un enfoque técnico, el peso rompió los niveles técnicos marcados por los promedios móviles de 50 (20.1548 pesos por dólar), 100 (20.1331) y 200 (20.2717) días, para alcanzar un máximo intradía de 20.3730 pesos. Mantenerse encima de estos niveles de manera sostenida implicaría un cambio de tendencia hacia el alza. Un nivel relevante a romper de manera sostenida es 20.30 pesos, que llevaría al tipo de cambio hacia 20.50 pesos por dólar.
Al peso le han ayudado los flujos de dólares por exportaciones, remesas e inversión extranjera directa, así como la política monetaria restrictiva del Banco de México.
Las divisas que más se deprecian es por sus riesgos internos o porque tienen posturas monetarias más flexibles en comparación con la Reserva Federal. Por ejemplo, divisas como el yen japonés, el euro y el yuan chino se deprecian ya que las políticas monetarias de los bancos centrales son consideradas como más flexibles, mientras que divisas como el zloty polaco o el florín húngaro están siendo afectadas por la cercanía geográfica de sus países a la guerra en Ucrania y a la crisis energética. Finalmente, la libra esterlina ha sido golpeada por incertidumbre sobre la política fiscal, la alta inflación y el riesgo de recesión económica.