El precio del petróleo volvió a caer este miércoles más de un 15% y el barril del WTI Texas cotizó en $22,70 por primera vez en más de 17 años. Por su parte, el Brent se desplomó cerca de un 10% y se comercializa a 26 dólares por barril.
La rápida propagación del coronavirus ha tenido consecuencias muy negativas para la industria petrolera. Durante febrero, el crudo perdió más de un 20% de su valor debido a la fuerte reducción en la demanda por parte de la economía china. A su vez, el fracaso en las negociaciones entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia por lograr un nuevo acuerdo para frenar la producción terminó siendo la herida letal para que el petróleo pierda más de un 65% en lo que va del 2020.
Por si fuera poco, a partir de abril, los países miembros de la OPEP no tendrán que cumplir con ningún límite para la producción de crudo. Ante esta situación, Arabia Saudita ya informó que pondrá a sus refinerías a máxima capacidad y producirá unos 12,3 millones de barriles diarios.
La “guerra petrolera” ha tenido un impacto brutal en los mercados financieros internacionales y sobre todo en las empresas del sector. La firma norteamericana Chevron (NYSE:CVX) ha perdido más de un 50% de su valor desde que comenzó el año, mientras que Exxon Mobil (NYSE:XOM) se ha hundido hasta un 55%.
Para las productoras estadounidenses es esencial que el precio del barril de crudo no baje de los 50 dólares. Por debajo de ese piso la industria del “fracking” en los Estados Unidos corre un gran riesgo de colapsar.
En cuanto a las productoras sudamericanas, YPF (BA:YPFD) perdió casi un 75% de su valor y opera en 3 dólares por acción en la bolsa de Nueva York. En sintonía con la debacle de su par argentina, la brasilera Petrobras (NYSE:PBR) bajó más de un 73% desde el comienzo del 2020 y cotiza a $4,42.