Seguro que ninguno de nosotros olvidará 2020. El año de la COVID-19, así, con mayúsculas. Un año convulso para todos, y que ha tocado lo más preciado que tenemos en esta vida: la salud. Un año también que nos ha dado grandes lecciones y que sigue poniendo a prueba todavía nuestra capacidad de acción y reacción, pues al virus le queda cuerda para rato.
Tampoco será un año que olviden algunos grandes nombres del sector minorista, sobre todo aquellos que se subieron a tiempo a la ola digital. Hablamos, claro está, de valores como Amazon (NASDAQ:AMZN), que han hecho del comercio online su mejor protección frente al virus. Los números en Bolsa lo demuestran: sube en lo que va de año un 68,7%, su mejor registro de los últimos años (19,9% en 2019, 44% en 2018 y 56,9% en 2017) y alcanzó este año su máximo histórico al cierre en los 3.450 dólares (agosto) aunque acarició también la cota de los 3.500 (septiembre).
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La compañía de Jeff Bezos no ha dejado de sumar enteros a sus cuentas, y mantiene a todos alerta ante la llegada de una fecha clave: el Black Friday. No en vano, su nombre aparece en los primeros resultados de cualquier búsqueda relacionada con este evento (y, por extensión, al Ciber Monday). “A Amazon todo el tema de la Covid le ha venido muy bien, y no hace más que batir expectativas. Y el tema de las promociones le viene muy bien para posicionarse, a modo de marketing. Solo en el Prime Day se estima que podría haber ganado este año 10.400 millones de dólares, frente a los 4.190 millones que se embolsó en 2019”, nos contaba Álvaro Sánchez, CEO de Azzgency, consultora especializada en Amazon.
Sánchez nos confirma lo que mencionábamos al comienzo de este artículo. Muchas compañías minoristas se han pasado al online porque han visto ahí una necesidad, sobre todo en el sector de gran consumo. Un salvavidas con el que mantenerse a flote. Pero lo que antaño se nos antojaba como un evento clave para anunciar descuentos, y que para muchas empresas podía suponer salvar meses de pérdidas (una de las explicaciones que se da al original de “Viernes negro” es la de permitir que muchos comercios pasaran de números rojos a negros gracias a las ganancias de ese día) es hoy en realidad un producto más de marketing que de una realidad necesaria para mejorar las cuentas.
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“Este año el Black Friday está muy pegado al Prime Day, y hay marcas que han mantenido las promociones hasta el Black Friday. Cada vez más marcas ven que pueden vender más antes del Black Friday por la cantidad de usuarios que entran en internet en los días previos, por lo que se empieza con descuentos menos agresivos que aumentan de forma progresiva. Muchas empresas ven la posibilidad de poner productos gancho y así ya empezar a hacer caja”, añade Sánchez.
Vale, le quitamos la exclusividad de la fecha (Jeremy Gleeson, gestor de Digital Economy en la gestora AXA Investment Managers, nos recuerda también que hay países, como Francia, en los que se ha decidido retrasar el Black Friday una semana con la esperanza de que las tiendas físicas puedan reabrir a principios de diciembre"). Pero seguiríamos teniendo los descuentos. Aunque ahí, también nos alertan de que tengamos cuidado. Roams, multicomparador de telefonía, internet, energía y productos financieros, explica que, si comparamos la evolución de los precios de algunos productos en la red, la cuantía entre el precio real y el rebajado no difiere mucho. “Uno de los productos más vendidos en Amazon es el robot aspirador Conga de CECOTEC. Actualmente, te puedes hacer con él por 135 euros. Sólo el día del soltero, costaba 5 euros menos. Muchas veces pensamos que está más barato tal y como nos lo venden en el Black Friday y luego, la diferencia en el precio es ínfima”.
Así que ni tenemos un gran día de descuentos, ni son tantos los descuentos como cabría esperar. ¿Qué nos queda entonces? Me pregunto. El nombre tal vez, me respondo. De ahí el título de mi artículo. Y cierro con estas declaraciones de Christian Gattiker, responsable de investigación de Julius Baer (SIX:BAER): “afrontemos la realidad. Ya no existe este periodo de ventas navideñas como tal. Ahora tenemos un compendio de campañas que reciben diferentes nombres según la fecha elegida, y venimos viendo ofertas por parte de las minoristas norteamericanas desde octubre. Así que ya no deberíamos de perder tiempo con el Black Friday. Además, este año, habrá más gente pegada a los ordenadores que haciendo cola en las calles, por lo que la comparativa en ventas navideñas no sería real del todo. Pero claro, hay intereses políticos y estadísticos en juego. Así que seguro que se utilizan los números en pro de cifrar de alguna manera el gasto”. No existe conclusión mejor.