En un mercado con valuaciones por las nubes, se hace cada vez más difícil encontrar oportunidades de inversión que ofrezcan la posibilidad de obtener retornos extraordinarios. Pero el uranio, podría ser la excepción. En esta nota les explico por qué (y cómo pueden hacer para sacarle provecho).
Si me leen hace tiempo, sabrán que hace rato vengo hablando del uranio. Como inversión, este mineral ha sido de lo más odiado en Wall Street desde el desastre de Fukushima. Pero esto está cambiando rápidamente.
Ahora hay nuevas perspectivas sobre el mineral que indican que podríamos estar ante un cambio de tendencia de largo plazo. Hay grandes chances de estar en las puertas de un gigantesco ciclo alcista para el uranio.
Para comenzar, hay que aclarar que cuando hablamos de uranio aludimos inmediatamente a la actividad minera. Esto es así ya que es un elemento químico que se extrae típicamente de diversos minerales que hay en las rocas.
¿Por qué es importante? Porque es el principal combustible que se aplica en los reactores nucleares que generan el 10% de toda la energía del planeta.
Y ahora, luego de una feroz tendencia bajista, las acciones de las mineras de uranio se han despertado. Acá vemos el gráfico mensual de Cameco (NYSE:CCJ), una de las mineras más grande del mundo:
Seguramente se estén preguntando qué pasó para que cambie la tendencia. Veamos.
Pocos minerales han generado tanto debate global en la historia reciente como lo ha hecho el uranio.
Lejos de lo que sucedió luego del desastre nuclear de Fukushima (Japón, 2011) a partir del cual el precio del uranio entró en un prolongado descenso que llevó al cierre y recortes de producción de grandes compañías como Cameco y Kazatomprom, hoy el panorama se revierte para pasar de un ciclo con exceso de oferta a otro con exceso de demanda.
Estamos en una situación en que la oferta se contrajo, mientras que la demanda viene aumentando sin pausa. Basta por ejemplo ver cómo la generación de energía nuclear viene subiendo desde 2012:
Como dato de color, hoy hay más de 440 reactores nucleares en funcionamiento, 53 en construcción y al menos otros 100 en planes para el futuro (16 sólo en China).
El impacto del Covid-19
Desde el año pasado estamos en un mundo anclado en una pandemia interminable que arrastró a muchas compañías al cierre de sus operaciones. Las mineras de uranio no fueron la excepción.
Cameco (Canadá) tuvo que cerrar sus operaciones durante 6 meses en 2020, y una vez más en diciembre.
Otra de las mineras que cerró sus puertas por el Covid-19 fue Kazatomprom (Kazajistán), que maneja volúmenes de explotación importantes.
Esto golpeó fuertemente a la producción de uranio, limitando la oferta del mineral.
Y como les dije antes, del lado de la demanda el comportamiento es el inverso por la aceleración que está teniendo el sector de la energía nuclear.
Si no me creen, vean cómo viene aumentando la generación de energía nuclear en China:
Por otra parte, la nueva “ola verde” que busca tomar conciencia sobre el cambio climático y cuidar el planeta, también juega a favor del uranio.
Esta es la energía más segura, eficiente y limpia que existe hoy.
De todo esto, algo interesante es que el precio del mineral se ha despertado un poco, pero todavía no explotó, algo que podría suceder en breve:
Conclusiones
Hay una oportunidad histórica para invertir en uranio. Hace tiempo que lo vengo advirtiendo, pero ahora el mercado está dando señales claras que indican que estamos en las puertas de un incipiente ciclo alcista.
El contexto actual ofrece muy pocas oportunidades atractivas para invertir. Y esta creo que es una de las mejores.