- Conforme a las expectativas, la tasa subió a un rango entre 5.25% y 5.50%.
- La conferencia de prensa como el comunicado ofrecieron un guidance discreto.
- La baja en la inflación de junio no es suficiente para cambiar la percepción del FOMC.
No se vislumbran recortes en el horizonte de los próximos 12 meses
La Reserva Federal rompió con la pausa que se decretó en la reunión mayo y subió la tasa de referencia en 25 puntos base a un rango entre 5.25% y 5.50%. Ni el comunicado, ni la conferencia de prensa de Jerome Powell, brindaron suficientes pistas sobre la dirección hacia la que se encamina la política monetaria en Estados Unidos luego de que el dato de inflación que se dio a conocer hace unas semanas sorprendió a la baja por primera vez en varios meses. En su lugar, el presidente de la Fed fue muy cuidadoso de no separarse de la estrategia de dependencia de los datos que se ha seguido en los últimos 12 meses y afirmó que, aunque el dato de inflación fue bueno, será necesario esperar a la información de julio y agosto para tomar una determinación.
De momento, los escenarios tanto de que haya un nuevo incremento en las tasas como de que se haya alcanzado el techo del ciclo alcista siguen sobre la mesa, por lo que los mercados financieros tendrán que esperar para afinar sus expectativas y, de momento, las principales variables han presentado pocos movimientos: los Bonos del Tesoro en EUA con bajas ligeras y el peso mexicano cotizando cerca de los $16.85.
¿Qué esperar?
El anuncio ofreció pocos catalizadores y una muy tibia guía sobre las próximas reuniones. Si acaso, nos llama la atención que Powell sigue insistiendo en la necesidad de que haya una moderación en el desempeño de los indicadores de actividad económica y, particularmente, en los del mercado laboral. Conforme a lo que escuchamos durante la conferencia, creemos que la Fed requerirá de condiciones que van más allá de la mejora en la inflación general para dejar de incrementar la tasa en septiembre, incluyendo disminuciones en el ritmo de generación de empleo, de crecimiento de los salarios y una moderación de la inflación subyacente. Aunque algunos indicadores adelantados sugieren que la desaceleración económica ha tomado fuerza en este tercer trimestre, la información agregada es mixta y no descartamos que la resiliencia siga siendo la característica de la economía estadounidense en 2023, lo que mantiene el riego de mayores tasas de interés en el horizonte.