En este entorno de bajos tipos de interés, es difícil encontrar vías por las que se puedan obtener mayores rendimientos. Las mejores tasas de CD en octubre fueron de alrededor del 2,25% para un período de un año, mientras que los bonos del Tesoro a 10 años ofrecían un 1,57%.
Con estos tipos tan bajos, es natural que los inversores que quieran obtener ingresos busquen en otra parte para obtener mayores rendimientos y un área adecuada para esta búsqueda es el sector energético. Cuando se trata de rentabilidad por dividendo, las acciones de petróleo generalmente superan la actuación del mercado. Para explicar por qué ofrecen rendimientos generosos, en algunos casos de hasta el 7%, los inversores deben entender que se les está pagando por su exposición a los altamente volátiles precios del petróleo.
El último ejemplo de este ciclo de auge y desplome de los mercados energéticos ha sido la pronunciada caída de los precios del petróleo que comenzó en 2014, después de la notable racha de la década anterior en la que los precios del crudo superaron incluso los 100 dólares por barril.
Pero la recesión de 2014 fue tan aguda y dolorosa que provocó que varios productores de petróleo redujeran o eliminaran sus dividendos a medida que se desplomaban los precios. Teniendo en cuenta estos riesgos, los inversores todavía podrían encontrar algunas gangas en el sector energético. Aquí hay dos candidatos a tener en cuenta por los inversores ansiosos de rendimiento:
1. Royal Dutch Shell
Entre las grandes petroleras, es difícil ignorar Royal Dutch Shell (NYSE:RDSa) cuando se trata de obtener un dividendo considerable. La compañía paga un dividendo trimestral de 0,94 dólares por acción, lo que se traduce en una rentabilidad por dividendo del 6,65% a precio de ayer.
Las acciones cerraron ayer en 57,26 dólares, con un alza de en torno al 1%. Han bajado en torno a un 2% en lo que va de año, tras subir un 45% con respecto a sus mínimos de 2016. En la última actualización de la estrategia de la compañía en junio, la empresa petrolera anglo-holandesa pronostica una generación de efectivo mucho mayor de cara a los próximos años. Eso podría significar que el productor estará en una mejor posición para aumentar su dividendo, que se ha mantenido estable durante los últimos cuatro años.
Shell dice que tiene el potencial de gastar 125.000 millones de dólares en dividendos y recompras de acciones entre 2021 y 2025. La compañía pagó 16.000 millones de dólares en dividendos anuales el año pasado, además del actual programa de recompra que está generando de media algo menos de 10.000 millones de dólares anuales.
Sin embargo, esa previsión podría resultar optimista si persiste la actual ralentización de los precios del petróleo. Las acciones de Shell ofrecieron un rendimiento inferior después de la caída del petróleo de 2014 cuando la deuda de la compañía se disparó tras su importante adquisición de BG Group. Desde entonces, Shell ha trabajado agresivamente para reducir su deuda y ha hecho de devolver efectivo a los inversores su prioridad.
En nuestra opinión, Shell está mucho mejor preparada esta vez para hacer frente a una larga caída de los precios del petróleo gracias a la agresiva estrategia de reducción de la deuda de la compañía, respaldada por sus planes de vender activos por valor de 30.000 millones de dólares.
2. BP
BP PLC (NYSE:BP), con sede en Londres, es otra empresa sólida a la hora de pagar dividendos. Su rendimiento actual es del 6,62%, lo que se traduce en un pago trimestral de 0,615 dólares por acción. Esa cifra ha aumentado sólo en un 5% desde 2014, lo que indica las restricciones de efectivo a las que este gigante petrolero se ha enfrentado desde entonces. Las acciones han bajado un 2% desde el comienzo del año y cerraron ayer en 37,16 dólares.
Una de las principales razones por las que BP sigue hambriento de dinero en efectivo es el vertido de petróleo de Deepwater Horizon de 2010 en el Golfo de México. La compañía sigue pagando por ese desastre y lo seguirá haciendo durante algunos años más.
Durante la temporada de presentación de resultados del segundo trimestre, BP superó las expectativas y aumentó su flujo de efectivo pues un aumento de la producción compensó el efecto del descenso de los precios de la energía.
El flujo de efectivo de las operaciones, excluyendo los pagos relacionados con el vertido de petróleo del Golfo de México, aumentó un 17% con respecto al año anterior hasta un total de 8.200 millones de dólares. Además del pago por comprar los yacimientos de Estados Unidos, BP también pagó alrededor de 1.400 millones de dólares en multas asociadas con la catástrofe de 2010. BP venderá entre 4.000 y 5.000 millones de dólares de activos este año, como parte de un plan para completar 10.000 millones de dólares en desinversiones para 2020 y utilizar los ingresos para reducir sus ratios de deuda.
En conclusión
Para los inversores en renta fija a largo plazo, cada una de estas compañías ofrece un atractivo diferente. Si usted es un gran alcista del petróleo, vale la pena considerar la jugosa rentabilidad por dividendos de Shell, especialmente porque el esfuerzo de la compañía para reparar su balance está produciendo resultados. Si los precios del petróleo mejoran de aquí en adelante, Shell cuenta con una atractiva mezcla de activos para producir grandes flujos de efectivo con el potencial de engordar sus dividendos.
BP, por otro lado, está llevando a cabo muchos proyectos de crecimiento que lo posicionan para generar un considerable flujo de caja libre de cara a 2021. Además, la compañía tiene un nuevo director ejecutivo, Bernard Looney que podría aportar nuevas ideas para recompensar a los inversores una vez concluida la reestructuración de activos de la compañía y pagadas las sanciones relacionadas con el vertido de petróleo.