Facebook (NASDAQ:FB) alcanzó la semana pasada un nuevo máximo histórico, situándose por arriba de los USD 193. El escándalo de Cambridge Analytica en marzo hizo que sus títulos cayeran un 17%, y nos preguntábamos si el gigante tecnológico sería capaz de recuperarse de ese golpe. Además del renovado compromiso de la compañía por proteger la privacidad de sus usuarios, las dudas se disiparon con la presentación de los resultados del primer trimestre 2018.
Las ganancias e ingresos aumentaron un 63% comparando con el mismo período del año anterior (destacándose los ingresos por publicidad, que subieron un 50%):
Además, tanto el número de usuarios mensuales como el de usuarios diarios se incrementó un 13%, impulsados por los mercados asiáticos y de América LAtina y África:
Al día de hoy, Facebook continúa siendo la red social más grande en el mundo, con 1.450 millones de usuarios activos por día. La firma está expandiéndose más allá del ya saturado mercado norteamericano (que como vemos en el gráfico se mantiene estancado hace ya varios trimestres). El foco está puesto en países en vías de desarrollo a través de su aplicación Facebook Lite, más ágil y que consume menos datos móviles. La enorme base de usuarios de Facebook, potenciada con la de Instagram, la vuelve una compañía muy atractiva para los anunciantes. Una empresa que quiera publicitar en Facebook dispone de la enorme ventaja de lanzar sus productos de manera teledirigida a sus clientes. En realidad, el escándalo por las filtraciones de información de los usuarios no fue sino revelador del principal potencial de la compañía: la desbordante cantidad de datos que almacena sobre ellos.
Hace un año dijimos en este blog que Facebook era una excelente opción como inversión de mediano/largo plazo. A juzgar por los últimos resultados en materia de publicidad online, cada vez más empresas están volcándose a una plataforma ya explotada por Obama para su primer triunfo presidencial en 2008. El cocktail de datos, preferencias y gustos es una bebida que se toma rápido y cada vez en mayor cantidad.
Sin embargo, el contexto general del mercado impone la necesidad de manternos en estado de alerta. Hace tiempo que esperamos una corrección en el sector tecnológico luego del enorme crecimiento observado el año pasado.
El escándalo con Facebook parecía el principio de dicha corrección, pero a la luz de los últimos acontecimientos, parece que todavía habrá que esperar un poco más.
No obstante ello, la bolsa de EEUU continúa sin dar una señal clara de definición de tendencia, encontrándose lateralizando en los últimos meses aunque parecería querer retomar su tendencia alcista. Habrá que estar atentos las próximas semanas para ver si ello se confirma.