Recién concluyó la reunión de política monetaria de la FED. No anunció la calendarización esperada sobre el tapering (reducción de su programa de compra mensual de bonos), sólo dijeron que lo anunciarán pronto, lo que hace suponer que sea en el encuentro de noviembre.
Esto por si solo provoca una reacción positiva en los mercados, porque interpretan que la FED sigue cuidadosa por la recuperación económica de EUA. Con ello, el peso mexicano se apreció hasta los $19.94 por dólar spot (actualmente cotiza en $19.97).
Sin embargo, la euforia del mercado puede no durar mucho porque desmenuzando el comunicado de la FED, en cuanto a sus estimaciones sobre las tasas de interés, la tendencia sigue moviéndose hacia aumentar su tasa de fondeo tan pronto como el próximo año.
En los últimos “Dot Plots” presentados se muestra una visión dividida entre integrantes del Comité de política monetaria, ya que 9 de ellos considera necesario empezar a aumentar la tasa en 2022, y los otros 9 lo consideran hasta 2023 (en la reunión anterior la mayoría de los integrantes consideraba hasta 2023).
En este sentido, consideramos que la reunión resultó favorable para los mercados en el corto plazo, pero hawkish en el mediano plazo, porque para el próximo año podrían adelantarse los retiros de los estímulos monetarios. Para finales 2023 se espera que la tasa de fondeo se ubique en 1.0% desde el 0.6% previo; y dieron por primera vez el estimado para 2024 el cual prevén en 1.8%, y hacia el 2.5% en los siguientes años.
La autoridad estadounidense también aumentó sus estimados de inflación, por el riesgo de que baje más lento de lo esperado ante los persistentes cuellos de botella. Por su parte, redujo sus pronósticos de crecimiento del PIB para el 2021 a 5.9% desde el 7.0%, pero subió a 3.8% la del 2022 (antes 3.3%).