Ayer, observábamos que el sector energético es el que más tienen que ganar de una serie de recientes impulsos procedentes de los fundamentales. Entre ellos están el optimismo de que las tres vacunas contra el coronavirus recién anunciadas ayudarán a estimular una vuelta hacia el crecimiento económico, junto con un cambio de los inversores de las sobrevaloradas acciones tecnológicas a las acciones de bajo rendimiento, incluidas las acciones energéticas, que han ocupado los últimos puestos en los mercados ante el pesimismo impulsado por la pandemia y un entorno de contracción económica.
En el post del martes nos centrábamos en el gigante del petróleo y el gas Exxon Mobil (NYSE:XOM) como barómetro de todo el sector.
Hoy examinaremos más de cerca el sector financiero que, después del energético, es el que más ha sufrido durante la pandemia, ya que los tipos más bajas por más tiempo y una curva de rendimiento aplanada estrecharon los márgenes de beneficio.
El creciente optimismo provocado por la posibilidad de que las vacunas pronto estarán disponibles ha impulsado el interés de los inversores y los consumidores. Y eso ha hecho que la brecha entre los bonos en largo y en corto se amplíe, aumentando la diferencia entre los tipos que pagan los bancos a sus clientes y la rentabilidad de la que disfrutan estos prestamistas con los préstamos que aprueban y administran.
Esto coloca a los bancos en la posición única de poder disfrutar de la nueva demanda desde dos direcciones: el renovado interés en sus acciones y una mejora de las previsiones empresariales. Con un rendimiento del -0,7% en lo que va de año para el sector, las valoraciones del sector bancario se encuentran entre las más bajas, seguidas sólo por las del sector de la energía; además, una curva más pronunciada aumentará los márgenes de beneficio de las instituciones financieras.
Esto significa que hay muchas oportunidades de compra para los inversores expertos que buscan beneficiarse del sector financiero. Esta perspectiva optimista se refleja perfectamente en el fondo Financial Select Sector SPDR® (NYSE:XLF), el ETF que hace las veces de barómetro para este segmento.
El XLF abrió con un alza del 1,75% ayer y procedió a duplicar sus ganancias en el transcurso del día, cerrando con ganancias de un 3,5%. Este salto siguió a una bandera alcista, una pausa a corto plazo que tiende a desarrollarse en medio de un movimiento. Las banderas descendentes como ésta tienden a evolucionar después de unas ganancias pronunciadas y rápidas, pues los traders agotados se toman un descanso y tratan de encontrar orientación.
El movimiento comenzó con un repunte del 9%, en una brecha que completó un triángulo simétrico, que incluía un cruce dorado, un patrón de continuación.
Aunque el objetivo implícito de la bandera se ha actualizado, sigue quedando otro avance de un dólar para que el objetivo implícito del triángulo se cumpla. Sin embargo, los niveles de 30 dólares son probablemente donde los traders encontrarán resistencia; es una cifra redonda psicológica, así como los máximos históricos de febrero, registrados antes del COVID.
Con el fin de negociar esta oportunidad de manera efectiva, el momento es crucial y un retroceso proporcionaría oportunidades.
Estrategias de trading
Los traders conservadores que esperan sólo posiciones ideales que rara vez se presentan tendrían que esperar hasta un movimiento de retorno hacia el triángulo. El nivel de 26 dólares (línea de puntos), donde los mínimos del 12 de noviembre encontraron apoyo por encima de los máximos del 3 de septiembre, podría ser una opción de entrada ideal.
Los traders moderados esperarán al menos hasta que el precio vuelva a probar la bandera.
Los traders agresivos se contentarían con observar un retroceso hasta el nivel de 28 dólares, para una mejor opción de entrada, no hasta probar el nivel de apoyo.
La forma en que uno se maneje en esta operación tendrá tanto, si no más, impacto en los resultados que una completa comprensión del análisis. Aquí tenemos un ejemplo:
Ejemplo de operación
Entrada: 28 dólares
Orden de minimización de pérdidas: 27 dólares
Riesgo: 1 dólar
Objetivo: 31 dólares
Recompensa: 3 dólares
Relación riesgo-recompensa: 1:3