A pesar de la reciente impresión de dólares récord, la trayectoria del índice del dólar sigue siendo ascendente, impulsada, entre otras cosas, por la rápida recuperación económica de Estados Unidos tras la recesión provocada por la pandemia y por su mayor nivel de inflación en décadas.
Es probable que el repunte de los precios más alto de los últimos 40 años obligue a la Reserva Federal a mantenerse fiel a su mandato de política fiscal de restringir la liquidez y aumentar las tasas, incluso a expensas de consideraciones políticas. Por el contrario, los bancos centrales de la eurozona, Suiza y Japón siguen dando largas a las subidas de tasas, lo que ofrece a los tenedores de dólares unos diferenciales de interés favorables.
Además, la actual crisis con Rusia y Ucrania, que también afecta a EE.UU. y a los aliados de Europa occidental, es otra razón por la que los inversionistas mundiales harían bien en trasladar sus posiciones a denominaciones en dólares, ya que el sistema político más estable del mundo apoya el valor del billete verde.
Sin embargo, el comercio nunca es tan sencillo como hacer una lectura fundamental de una situación y apostar en consecuencia. A menudo hay capas de complejidad y casi siempre hay sorpresas. En este sentido, ahora mismo el dólar está bajo presión técnica. El dólar ha estado operando dentro de un patrón de diamante potencial, visible en el gráfico anterior. Es una formación poco vista, quizás por su naturaleza compleja.
El patrón refleja una combinación de dos entornos diferentes. La primera mitad es una formación de ensanchamiento, que también puede hacer tope en un activo, debido a la falta de liderazgo en la tendencia, con máximos que suben mientras los mínimos bajan. La segunda mitad es un triángulo simétrico, cuya simetría sugiere una reanudación de la tendencia subyacente.
Sin embargo, dado que la dinámica anterior era asimétrica, los mismos sentimientos negativos siguen, tras una ruptura a la baja. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el patrón no está completo hasta que se produzca dicha ruptura a la baja.
Estrategias de operación
Los operadores conservadores deberían esperar a que se produzca una ruptura a la baja para ponerse en corto, con una penetración mínima del 3% en 3 días para filtrar una trampa bajista. Alternativamente, irían en largo, utilizando los mismos filtros hacia la parte superior.
Los operadores moderados se conformarían con una penetración del 2%, de 2 días, a ambos lados del patrón.
Los operadores agresivos podrían entrar en una posición larga ahora, teniendo en cuenta que el precio está en la parte inferior del canal ascendente y cerca de la parte inferior del diamante. La gestión del dinero es fundamental. He aquí un ejemplo:
Ejemplo de operación - Posición larga agresiva:
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Entrada: 95.75
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Stop-Loss 95.50
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Riesgo: 25 pips
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Objetivo: 96.50
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Recompensa: 75 pips
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Ratio riesgo-recompensa: 1:3