La semana antepasada, el Presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos aplicará aranceles a la importación de acero y aluminio del 25% y 10% respectivamente.
Los aranceles, al igual que las cuotas a los flujos comerciales, generan distorsiones que de acuerdo a la teoría del comercio internacional, merman el proceso natural del intercambio comercial entre los países.
Esta no es la primera ocasión que Estados Unidos decide implementar impuestos a las importaciones de acero, pues la aplicación más reciente se realizó durante la administración de George W. Bush y fue efectiva desde el 5 de marzo de 2002 y hasta el 4 de diciembre de 2003. Ante el inminente inicio de una guerra comercial con sus principales socios comerciales y considerando el factor político que esto tendría un año antes de que compitiera por la reelección presidencial, Bush terminó por derogar los aranceles. En términos económicos, la medida proteccionista costó más de 386.3 millones de dólares de acuerdo a la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos.
De acuerdo al Departamento de Comercio de Estados Unidos, en 2017 sólo el 1.2% del total de importaciones que Estados Unidos realizó desde otros países correspondió a acero y productos hechos de este metal, las cuales provinieron principalmente de Canadá (17.9%), Corea del Sur (9.6%), México (8.6%) y Brasil (8.4%). Asimismo, el total de importaciones de aluminio y productos elaborados con dicho metal en 2017 representó apenas el 1% del total de importaciones estadounidenses. Las importaciones que Estados Unidos hizo de este metal, en términos monetarios de acuerdo a los datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, provinieron principalmente de Canadá (37.12%), China (14.78%), Rusia (6.96%) y México (4.4%).
Al considerar que durante los últimos 8 años en promedio los precios a la importación han aumentado 0.7%, en promedio la inflación mensual a los precios de importación se podría ubicar hasta en 1.7%, o en una tasa anual de 6.2%, como consecuencia de los aranceles.
Asimismo, de acuerdo la matriz insumo-producto de las industrias estadounidenses, se encontró que las industrias que se verían más afectadas, además de las relacionadas con la producción de Metales Primarios y la Fabricación de productos metálicos, serían aquellas relacionadas con las actividades de comercio al por mayor, minería (excepto petróleo y gas), productos químicos, maquinaria, fabricación de productos electrodomésticos, fabricación de equipo eléctricos y de cómputo así como la industria automotriz, afectando negativamente al 21.9% del valor agregado del PIB de Estados Unidos.
Si bien podría argumentarse que con estos aranceles la actividad de las empresas estadounidenses productoras de acero y aluminio incrementará, es importante notar que en promedio durante los últimos 10 años la industria siderúrgica de ese país ha agregado sólo el 1.2% del valor total del PIB.
Por esta razón, es importante considerar que la implementación de estos aranceles podría ocasionar un aumento en el precio del acero y aluminio estadounidense, incrementando los costos de producción, lo cual haría que la industria manufacturera estadounidense sea menos competitiva, en relación con la del resto del mundo.