Resumen
Al nerviosismo por el rápido esparcimiento del virus COVID-19 alrededor del mundo, se le sumó el fin de semana el rompimiento entre Arabia Saudita y Rusia en los acuerdos con la OPEP, iniciando una guerra de precios sobre el petróleo. Esto provocó pánico, ampliando fuertemente las pérdidas en los activos financieros globales con mayor riesgo. Lo anterior pese a los esfuerzos de instituciones internacionales y bancos centrales para ayudar a la estabilización. En este sentido, destacó la acción sorpresiva implementada por la Reserva Federal de EUA y las medidas restrictivas para contener el virus. Localmente el peso mexicano superó por momentos los $22.0 por la madrugada del lunes..
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de que ya se registran alrededor de 100 mil casos confirmados de coronavirus en el mundo. En China, los casos se elevan a 81,500, pero los nuevos casos se estabilizan en alrededor de 100. Sin embargo, los nuevos contagios se han disparado fuera del gigante asiático, con Irán, Corea del Sur e Italia como los países de mayor crecimiento. Irán registra más de 800 nuevos casos, y en Italia y Corea, cerca de 500. En Estados Unidos, el número de muertes por coronavirus ya supera la decena y los casos suman más de 160, apareciendo nuevos casos en Nueva York y Los Ángeles. Además, California ha declarado el estado de emergencia por el coronavirus en la región, horas después de confirmar la primera muerte por el brote.
Asimismo, las restricciones para contener la enfermedad se intensifican. Italia ha anunciado el cierre de todas las escuelas y reuniones de grandes grupos de personas. Las escuelas en el área más afectada de Seattle también cerrarán durante 14 días. Japón tiene previsto adoptar un plazo de cuarentena obligatoria de dos semanas para todos los visitantes de sus vecinos China y Corea del Sur. Corea del Sur declaró el jueves una "zona de atención especial" en torno a una segunda ciudad muy afectada por el brote de coronavirus.
En este sentido, han aumentado las medidas de apoyo de las distintas El Congreso de Estados Unidos dio luz verde a un paquete de financiación complementario de 8,300 millones de dólares para responder al brote de coronavirus en el país. También el FMI anunció que ha movilizado un paquete de ayuda de 50,000 millones de dólares destinado a ayudar a países pobres y emergentes a combatir la expansión. El Banco Mundial anunció 10,000 millones de dólares de financiación para ayudar a los países (a tasa cero).
La movilización de fondos se produce después de que varios bancos centrales (la Reserva Federal de EUA, el banco central de Canadá, Australia.) hayan decidido recortes de tasas de interés para apoyar a sus economías a afrontar el impacto del virus. Destaca la acción de la FED. De forma sorpresiva, en una reunión extraordinaria y de emergencia, el banco central estadounidense recortó en 50 puntos base la tasa de fondeo para dejarla en 1.25%. La entidad no realizaba un recorte de emergencia desde los peores momentos de la crisis financiera de 2008, bajo la presidencia de Ben Bernanke, lo que da idea de la incertidumbre que ha provocado la expansión del coronavirus. El mercado considera que la FED ya se contagió de las preocupaciones por el COVID-19, y que las medidas de política monetaria poco ayudarían para evitar una pérdida de dinamismo económico.
La acción de la FED se puede calificar como muy preventiva y demasiado agresiva. La FED ha usado su munición demasiado pronto y esto ha dejado muy pocas opciones sobre la mesa dado que las tasas son ya demasiado bajas. La FED estaría quemando municiones que podría no tener en caso de una recesión severa.
La decisión parece que refleja cierto pánico y plantea la cuestión de si el banco central estadounidense sabe algo que nadie más en el mercado, lo que añade combustible a la incertidumbre imperante. La reacción a esta decisión ha sido contradictoria. En vez de tranquilizar a los mercados financieros, la rebaja del precio del dinero por parte de la Reserva Federal, dos semanas antes de una reunión del consejo programada, estimuló el nerviosismo.
Estos movimientos no se perciben como suficientes y los mercados siguen dominados por la incertidumbre. De hecho, la huida de capitales acerca de nuevo a mínimos al rendimiento del bono estadounidense, activo refugio por excelencia en estas sesiones. Cotizó gran parte de la semana pasada por debajo del 1.0%.
La propia OMS ha comentado que los países, con excepción de China, están haciendo poco para contener el esparcimiento del COVID-19.
Incluso, ahora el mercado anticipa que la autoridad monetaria estadounidense volverá a recortar tasas en su reunión ordinaria de este próximo 18 de marzo. Es el problema de abrir la puerta a los estímulos, los inversionistas son ávidos de ellos y siempre pedirán más. Sobre todo en escenarios inciertos como el actual, donde no se sabe hasta cuándo podría controlarse el riesgo de una pandemia y cuál será el impacto final en la economía mundial.
El principal desafío del panorama actual se centra en conocer el alcance del brote de coronavirus y hasta qué punto su propagación provocará el aumento continuo de la prima de riesgo en los mercados y supondrá un lastre para la economía. Algo que todavía es imposible evaluar, lo que explica la elevadísima volatilidad y las fuertes caídas de los mercados.
Para sumarse a las preocupaciones, se cayó la negociación entre Arabia Saudita y Rusia el viernes pasado, quienes buscaban disminuir la producción de petróleo en el marco de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), para estabilizar el precio que se había presionado a la baja por la preocupación de una menor actividad económica (demanda de petróleo) por los efectos del virus chino. Rusia no aceptó bajar la producción y se dijo en mejores condiciones para aguantar una baja en el precio del petróleo (el hecho de que la baja en el precio podría afectar la producción de gas y petróleo Shale en EUA estaba detrás de la decisión rusa). Ante ello, los sauditas se lanzaron rápidamente a una guerra de precios, ofreciendo descuentos a los clientes (la mayor rebaja en 20 años) y anunciando un aumento en la producción a partir del próximo mes. El precio del crudo Brent, bajó de precio de casi 50 dólares por barril el 5 de marzo a menos de $32 el 9 de marzo. El reino árabe actualmente bombea 9.7 millones de barriles por día, pero tiene la capacidad de aumentar hasta 12.5 millones. La estrategia de Arabia busca presionar a Rusia y regresarla a la mesa de negociación. La maniobra saudí impulsará a los mercados petroleros a un período de incertidumbre radical.
Los temores a una guerra del precio del crudo a nivel mundial, sumados a los temores por el coronavirus, provocaron que las bolsas de valores se hundan al inicio de esta semana, mostrando caída en EUA mayores al 4.0%, Asía (-5%), Europa (-8.0%). El bono del tesoro de 10 cotiza en menos de 0.5% (mínimo histórico).
Localmente, el peso mexicano tuvo una semana muy negativa, depreciándose a su peor nivel desde 2017, por momentos por arriba de los $22.0 spot. En las últimos quince días, el peso es la moneda (emergente) que más ha caído frente al dólar. La moneda no logró beneficiarse de la caída generalizada del dólar frente a las principales monedas en el mundo, después del recorte de la FED en la tasa de interés. Se mantiene presionado principalmente por salida de inversionistas extranjeros que venden activos con riesgo y se refugian en dólares.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
Esta semana, los temores sobre el impacto y esparcimiento del COVID-19 seguirá dominando el comportamiento de los mercados financieros globales. En este sentido, genera alta expectativa la decisión de política monetaria del Banco Central Europeo.
Adicionalmente, en EUA se publica precios al consumidor y al productor de febrero y sentimiento del consumidor medida por la Universidad de Michigan de marzo; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, habrá dato final de PIB del cuarto trimestre y producción industrial de enero; de Alemania, producción industrial de enero.
En México, conoceremos producción industrial de enero y la inflación de febrero.
Expectativa para el Tipo de cambio
El pánico de los mercados al coronavirus luce lejos de remitir y a esto se le suma la incertidumbre en torno a una posible guerra de precios en el petróleo. Los esfuerzos de las instituciones financieras internacionales por dar apoyo a las economías tras la epidemia y las llamadas a la calma por parte de las autoridades sanitarias no parecen tener efecto en los mercados financieros, los cuales siguen sujetos a fuertes episodios de volatilidad. La fuga de capitales en busca de refugios seguros es masiva. Es demasiado pronto para declarar que la venta masiva de activos riesgosos ha finalizado. De corto plazo, no se vislumbran cambios significativos en los ánimos de los inversionistas ante la perspectiva de que el coronavirus termine afectando el crecimiento mundial. Esto no implica que pueda haber jornadas de mayor tranquilidad y de recorte de pérdidas. Es de esperarse que poco a poco la situación comience a estabilizarse, pero previo a ello los vaivenes seguirán siendo las principales características en los mercados. Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar entre los $20.50 y $22.20 spot.
Expectativa para las Tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar una baja o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 6.50% – 6.90%.