Resumen
Por momentos, la sensación de que lo peor mercados financieros por la crisis sanitaria del coronavirus ya ha pasado empieza a filtrarse e imponerse sesión tras sesión, pese al continuo incremento global de número de casos de contagios y de fallecidos. Cierto grado de optimismo permea entre los inversionistas, lo que se tradujo en ganancias en la mayoría de los activos financieros globales ante la esperanza de que la pandemia de coronavirus en Europa pueda empezar a estabilizarse y permita comenzar a levantarse algunas de las restricciones. Localmente, lo más destacable fue las reacciones en torno al informe trimestral que dio el Presidente López Obrador para hacer frente a la pandemia del COVID-19.
Los datos de Italia y España apuntan a que los contagios por coronavirus muestran, al menos, cierta estabilización o incluso tendencia a la baja. En Estados Unidos aún no se ha alcanzado el pico de infecciones, pero en algunas ciudades como Nueva York el ritmo también se ha frenado y las expectativas señalan ahora a que la expansión puede no ser tan rápida como en un principio se estimó.
Un eventual control de la pandemia implicará que los Gobiernos comiencen a levantar las restricciones férreas impuestas para evitar la propagación. Aquí vuelve a aplicar la premisa de que cuanto menos duren, más rápida será la recuperación posterior. Incluso ya algunos países están estableciendo fechas para un regreso gradual de la actividad económica.
Por ejemplo, la administración del presidente Trump informó que trabaja actualmente en un plan para reabrir la economía de Estados Unidos y retornar a la normalidad del país en una fecha próxima, sin afectar la seguridad de la población por la amenaza del coronavirus.
Si se cumplen las proyecciones contempladas en los modelos y sigue moderándose el número de contagios y muertes en las regiones más afectadas por el virus los mercados van a celebrarlo con alzas, y comenzarán a preguntarse si se puede hablar de que ya tocaron suelo los mercados financieros.
En la semana pasada se registraron una variedad de anuncios de nuevas medidas para amortiguar los efectos económicos negativos del virus por parte de los gobiernos de Japón, Singapur y España, mientras que en Estados Unidos existe la perspectiva de otro paquete de estímulo a finales de este mes o principios de mayo. Alemania está planeando un servicio de 'crédito ilimitado' para pequeñas empresas. La eurozona como un todo aprobó un gran plan de estímulos por medio billón de euros.
Asimismo, la FED anunció medidas adicionales para proporcionar hasta 2.3 billones de dólares en préstamos. Esto tiene como objetivo seguir contribuyendo a brindar liquidez a todos los actores económicos. En particular estos apoyos buscan ayudar a los hogares y empleadores de todo tipo de industria, así como reforzar la capacidad de los gobiernos tanto estatales como locales para brindar los servicios más importantes durante la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, hay que tener cuidado con esta percepción sobre la expansión del COVID-19. Todavía sería un error asumir que el coronavirus ya está completamente superado, porque sigue sin demostrarse una vacuna o un medicamento eficaz. Una gran mayoría de países todavía se enfrentan a dificultades e incluso aquellos donde actualmente se piense que están estabilizándose la situación puede cambiar y empeorar muy rápido. Por consiguiente, los mercados financieros podrían volver a enfrentarse a más caídas en el futuro, por lo que no hay que descartar todavía que el tono bajista y pesimista se han alejado por completo.
La atención de los inversionistas también apuntó al mercado de petróleo, donde después de intensas negociaciones donde el grupo conocido como OPEP+ llegó a un acuerdo para recortar la producción de crudo. El acuerdo contempla una reducción cercana a 10 millones de barriles diarios a partir de mayo (por momentos, México se convirtió en el factor detrás del retraso para firmar un compromiso final, ya que se rehusaba a aceptar la petición de una baja de 400 mil barriles diarios. Al final, solo se comprometió a una disminución por 100 mil barriles, supeditado a que EUA sería quien recortaría los restantes 300 mil barriles. El acuerdo de la OPEP+ tendrá una vigencia de dos años, pero la cifra del recorte irá decayendo hasta abril de 2022. Adicionalmente, países fuera del grupo OPEP+, como EUA, Canadá, Noruega y Brasil, entre otros, han dado su palabra de que también reducirán la oferta, y se especula con un nivel de 5 millones de barriles. Así, termina la guerra de precios, pero la duda persistente es si esto será suficiente para apuntalar de forma robusta el precio del crudo ante la fuerte contracción en la demanda del combustible por la pandemia del COVID-19.
En México, el discurso que pronunció el presidente López Obrador generó mucha controversia y decepción ya que no anunció medidas puntuales para la empresas para hacer frente al impacto económico negativo que está generando la pandemia del COVID-19. El presidente reiteró su estrategia de política económica, sin establecer ningún esquema de impulso fiscal para hacer frente a la pandemia del coronavirus, ni a través de la reducción de la carga impositiva para las personas o para las empresas, ni tampoco a partir del crecimiento significativo del gasto público.
En su segunda subasta de créditos en dólares, que forma parte de una serie de medidas para dotar de liquidez al mercado cambiario local, el Banco de México asignó 1,590 millones de dólares de 5 mil millones de dólares que fueron ofrecidos. Estos recursos forman parte de una línea “swap” que el mes pasado abrió la Reserva Federal de Estados Unidos.
El peso mexicano estuvo menos presionado en la semana, apreciándose por debajo de $24.0 spot, apoyado por el menor sentimiento de aversión global al riesgo, ante los nuevos estímulos monetarios de la FED, el acuerdo de la OPEP+ y especulación de que el COVID-19 podría haber alcanzado su pico en algunos países de Europa.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
Esta semana, los mercados financieros seguirán muy dependientes de las noticias y percepción sobre la pandemia del COVID-19, sobre todo lo relacionado a las zonas más afectadas (España, Italia y EUA), de las cifras económicas, destacando el PIB de China del primer trimestre y del inicio de la temporada de reportes corporativos trimestrales en EUA.
Adicionalmente, en EUA se publicará de marzo: ventas al menudeo, producción industrial, permisos de construcción, inicios de construcción de casas e indicador adelantado; de abril: índice manufacturero de Nueva York y libro beige de la FED; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, conoceremos producción industrial de febrero e inflación de marzo. En Asia, de China, el PIB correspondiente al primer trimestre y de marzo: exportaciones y producción industrial; de Japón, producción industrial de febrero.
El Banco Mundial y el FMI sostienen reuniones virtuales en Washington.
En México, será una semana de escasas referencias económicas.
Expectativa para el Tipo de cambio
El peso mexicano seguirá moviéndose de acuerdo a la especulación sobre un relativo control o no del esparcimiento del COVID-19 en las regiones con mayores casos de contagio y fallecidos. Asimismo, la moneda mexicana estará muy sujeta a las evaluaciones en torno al impacto económico de la pandemia y las medidas de confinamiento. Una primera medición importante de cuál podría ser el impacto económico del coronavirus alrededor del mundo se podrá realizar con la cifra del PIB de China del primer trimestre del año.
También servirá para este fin el dato de ventas al menudeo y producción industrial de marzo en Estados Unidos. Por último, el inicio de la temporada trimestral de reportes corporativos podría intensificar el sentimiento global de aversión al riesgo, si las empresas publican resultados y guías a futuro por debajo de lo pronosticado. Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar entre los $22.70 y $25.0 spot.
Expectativa para las Tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar una baja o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 6.80% – 7.80%.