Resumen
El pánico entre los inversionistas ante la constante expansión del virus, el cierre de fronteras, las tensiones en los mercados monetarios y financieros, hace que solo aspiren a buscar un refugio. Para los inversionistas, cada vez está más claro que las actuales caídas en el precio de los activos financieros podrían empeorar antes de mejorar, por las perspectivas de una probable recesión económica global. El terremoto del coronavirus es de tal magnitud que los inversionistas no saben si los recientes anuncios agresivos de estímulos monetarios y apoyos fiscales serán o no alivio suficiente.
El total de casos de coronavirus reportados a nivel global alcanzaba casi los 250 mil, incluidas alrededor de 10,300 muertes asociadas al virus. Incluso hubo jornadas con más de 20 mil casos nuevos, lo que implica récords máximos y niveles no vistos en los peores momentos en el epicentro de la pandemia, en Wuhan, China.
La respuesta para enfrentar la pandemia ha sido histórica por parte los Líderes mundiales. Por el momento, la prioridad de los inversionistas es estar líquidos. Esto se aplica a los administradores de activos, administradores de fondos de cobertura, empresas y familias.
Así, los bancos centrales de economías desarrolladas, principalmente la FED, han aprendido de lo que sucedió con la quiebra de Lehman Brothers en 2008, considerado como el detonante de la gran crisis económica de 2008-2009. Uno de los muchos errores cometidos en aquel entonces fue el entorno de liquidez, donde la falta de confianza de los agentes económicos hacia los bancos intensificó la gravedad de la crisis. En este sentido, tanto la Reserva Federal como el BCE y otros bancos centrales han tomado medidas de emergencia para inundar el mercado de liquidez, desde recortes de tasas de interés, promesas de compras millonarias de activos y bonos, así como inyecciones de efectivo en los mercados de financiación a corto plazo.
Además, de las medidas monetarias, siguen dándose a conocer acciones de política fiscal alrededor del mundo. En EUA, buscan aprobar paquetes de apoyos por más de 1 billón de dólares. En Europa, la mayoría de los países estudian estímulos fiscales para los próximos días. En México, la Cámara de Diputados aprobó la creación de un Fondo para la Prevención y Atención de Emergencias (por 180.7 mil millones de pesos), al que el gobierno federal pueda acceder solo en casos de emergencias sanitarias (como el COVID-19) o crisis económica.
Sin embargo, el temor a las consecuencias económicas negativas del coronavirus sigue eclipsando las múltiples medidas de apoyo aprobadas por las autoridades en todo el mundo. A pesar de que las medidas para enfrentar el coronavirus (en lo sanitario y en lo económico) no paran de multiplicarse, persiste la sensación de que falta mucho para vencer al virus. Incluso no ayudó mucho la noticia de que China está próxima a desarrollar con éxito una vacuna contra el virus. Y mientras esto siga siendo así, los mercados financieros continuarán dominadas por los descensos, la incertidumbre y la volatilidad. Nada parece capaz de calmar a los mercados. En los tiempos actuales, es habitual ver más de una sesión de fuertes caídas, pero realmente no hemos observado más de una jornada de subidas.
Ante el empeoramiento del panorama de demanda de combustible por la suspensión de los viajes y la vida social provocados por la epidemia de coronavirus, así como los excesos de oferta de petróleo por los planes de Arabia Saudita de incrementar su producción de crudo, provocó que los precios internacionales del petróleo se desplomaran a mínimos de 18 años. En el caso particular de la mezcla mexicana de petróleo, bajó de 15 dólares por barril, lo que puede convertirse en una fuente de presión importante para las finanzas públicas del país si se mantiene en niveles bajos la mayor parte del año. En lo que va del 2020, la mezcla mexicana de exportación acumula una caída de 66.5% (el WTI 56%).
En las últimas semanas, ante los fuertes episodios de aversión global al riesgo, el dólar se ha convertido en el activo favorito de los inversionistas. Esto permitió que amplíe sus ganancias, encaminándose a su mayor racha alcista frente a sus pares desde 1992.
Con ello, el peso mexicano sigue depreciándose a mínimos históricos, acercándose por momentos al psicológico de $25.0 spot.
Las pérdidas de la moneda mexicana no fueron todavía mayores, debido a los esfuerzos del Banco de México para buscar proveer de liquidez en el mercado cambiario.
Primero fue a través de una subasta de 2,000 millones de dólares de su programa de coberturas cambiarias. La demanda fue mucho mayor que el monto subastado y tuvo mejor respuesta por los agentes económicos en México que en otras ocasiones, pero al final solo se asignaron 1,531 millones.
Después, Banxico anunció el establecimiento de líneas swap con la FED (intercambio de divisas entre bancos centrales). El mecanismo “swap” acordado es hasta por 60 mil millones de dólares. Este elemento apoyará la provisión de liquidez en dólares y tendrá vigencia por, al menos, seis meses. No es la primera vez que se hacen anuncios de esta naturaleza. En la gran crisis económica de 2008-2009 se lanzó una línea similar por 30mmd.
Por último, en una reunión extraordinaria, la autoridad monetaria anunció una serie de acciones encaminadas a fortalecer la liquidez en los mercados financieros locales, con recortes de su tasa de fondeo (en 50 puntos base), créditos en dólares, mayores permutas de bonos gubernamentales, entre otras.
En el corto plazo no se vislumbra que el tipo de cambio haya tocado ya su máximo y los altibajos seguirán rigiendo el comportamiento de la moneda en las siguientes semanas. Así, no se puede descartar que se mantengan episodios de alta volatilidad que lleven al tipo de cambio a niveles históricos. Técnicamente no existe un techo de hasta donde pudiera detenerse la depreciación y fundamentalmente la moneda dejaría de caer hasta que las noticias positivas sobre una posible contención del COVID-19 empiecen a fluir.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
Esta semana, las preocupaciones sobre el COVID-19, así como las acciones de gobiernos y autoridades monetarias para hacer frente al coronavirus seguirán siendo las principales referencias para los mercados financieros globales.
Adicionalmente, en EUA se publica la última revisión del PIB de EUA del cuarto trimestre; de febrero: índice de actividad nacional de la FED de Chicago, ventas de casas nuevas, órdenes de bienes duraderos, inventarios al mayoreo, ingreso y gasto personal; y de marzo índice manufacturero de la FED de Richmond y sentimiento del consumidor medido por la Universidad de Michigan; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, conoceremos de marzo: confianza del consumidor , PMI manufacturero, de servicios y compuesto. De Alemania, índice de clima de negocios medido por el grupo IFO de marzo.
En México, será una semana cargada de información económica. De enero: ventas al menudeo e IGAE; de febrero: tasa de desempleo y balanza comercial y; la inflación de la primera quincena de marzo.
Expectativa para el Tipo de cambio
Parece que poco a poco las múltiples medidas de apoyo comienzan a generar más episodios de alivio temporal. La situación está lejos de resolverse, pero de mantenerse los apoyos coordinados, las caídas en los precios de los activos de mayor riesgo (entre ellos, el peso mexicano) podrían ya no ser tan pronunciadas. Sin embargo, mientras continúen las noticias de mayores cierres de fronteras, de parones en la actividad económica mundial, y de intensificación en el número de contagios, el sentimiento de aversión global al riesgo seguirá, así como la búsqueda de activos considerados seguros. En este sentido destaca la reunión (virtual) del G-7, donde se esperan anuncios relevantes cobra fuerza. Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar entre los $23.0 y $25.80 spot.
Expectativa para las Tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar una baja o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 6.95% – 8.00%.