Charlamos de las tasas implícitas de interés…. En criollo es la diferencia en el precio de un activo en dos momentos en el tiempo. Cuando el activo es muy simple de conservar “inmutable” en el tiempo vale la pena hacerla explicita, y así es como conocemos las tasas de los plazos fijos, de los descubiertos en cuentas corrientes, tarjetas de crédito, etc..
Otros activos presentan dificultades de trasladarlos en el tiempo o simplemente quienes los compran y venden prefieren visualizarles como valores nominales y no como tasas. Cualquiera sea el motivo, algunos mercados nos obligan a restar un valor de otro y dividir el resultado por el primero, tarea titánica se las hay.
Esta extenuante actividad nos da una herramienta para comparar peras y manzanas, pero esto es útil sólo en la medida que podamos comprar peras y manzanas, si podemos comprar solo peras de que sirve compararla con las manzanas que están fuera de nuestro alcance.
Imaginemos en esta situación, que tenemos un vecino, Ricardo. Él puede comprar peras y manzanas, y si le damos dinero, por una módica comisión, nos compra manzanas. Ricardo es nuestro vehículo para comprar manzanas, y entonces vuelve a tener sentido comparar peras y manzanas.
En el agro, el vehículo más común para evaluar alternativas de inversión es la tierra. Si nos ponemos más sofisticados el rendimiento medio de los cultivos para el próximo año de acuerdo a los paquetes tecnológicos seleccionados para ellos. Volvamos a la tierra. Es un vehículo para evaluar si hacemos soja o maíz, o soja de primera y trigo, o maíz y trigo. Y en todos los casos terminamos en un rendimiento porcentual sobre inversiones muy distintas.
Comercialmente, al igual que agronómicamente, existen múltiples vehículos para trasladar el valor de distintos activos en el tiempo y tenemos que desarrollar habilidades para compararlos, por ejemplo, el costo de embolsado de granos versus la tasa de descuento de cheques, o la tasas de prefinanciación de exportaciones comparada con la tasa de interés implícita en los granos, o Tasa de devaluación y la tasa de financiación de insumos pesificada.
El ejemplo
Sino se fueron a revisar sus redes sociales, ahora viene el un ejemplo
Hoy compré 1.000 dólares, una costumbre argentina después del mate y antes del asado. Gasté 55.700 pesos, en el mismo momento lo vendí a 63,6…. Porqué soy muy groso??? No, lo vendí en el futuro de dólar del ROFEX a dos meses. Agarré un cheque a 60 días, por los 63.600 pesos que voy a tener en 60 días por la venta de mis dólares y lo desconté. Me cobraron una tasa ANUAL del 75% (una ganga), me depositaron el resultantes de ese 75% en 60 días sobre mis 63.600 pesos. Me depositaron 55.700 pesos!!!!!!
Ahora bien, para que hacer todo esto para tener la misma cantidad de dinero? En realidad, y si bien el ejemplo goza de muchas simplificaciones a la operatoria, muestra que yo para comprar 1.000 U$S hoy puedo o disponer de 55.700 pesos o un cheque a 60 días por 63.600 pesos. Muestra que la calificación crediticia para descuento de cheques es en sí un vehículo para invertir en dólares por ejemplo y que tenemos que comparar todo el tiempo la tasa de devaluación y la de las líneas de financiación.
PD: Alguno debe haber sacado la cuenta de que hacer con los intereses que pagamos en el descuento del cheque