El panorama global actual es de profunda transformación e incertidumbre. En plena pandemia por el Covid-19 -y atravesando la crisis económica que trajo aparejada- se dan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, cuyo resultado marcará los comportamientos a futuro de la Bolsa.
Desde hace algunos años, el abogado y autor James Rickards viene investigando, analizando y advirtiendo sobre un fenómeno que podría volverse realidad en cuestión de meses. Se trata de la caída del papel moneda y de su reemplazo por otro tipo de valor de cambio.
Podría parecer una realidad disparatada pero vale la pena prestarle atención a un profesional que pasó varios años asesorando en temas de finanzas al mismísimo Pentágono. Hoy en día, gracias a su labor a través de Inversor Global y a sus libros publicados, es muy fácil tomar contacto con su material y tener en cuenta sus consejos.
Luego del atentado del 11 de septiembre a las Torres Gemelas, Rickards fue convocado por la CIA para investigar y prevenir posibles actividades terroristas, a través del análisis de señales en el mercado de valores, como por ejemplo, las apuestas contra las acciones de las aerolíneas que sucedieron previo al ataque.
A partir de este trabajo, el autor fue acumulando información, experiencia y contactos suficientes como para adelantarse a grandes eventos económicos, como lo fue la grave crisis hipotecaria ocurrida durante el 2008. Desde ese momento hasta la actualidad, ha procurado resguardar su capital personal y el de sus lectores, así como detectar las grandes oportunidades que una situación crítica puede tener.
Por esta razón, Jim Rickards creó “Inteligencia Estratégica”, un servicio de asesoramiento financiero con reportes, estadísticas, material educativo, noticias y alertas sobre nuevas oportunidades de inversión actualizadas constantemente. Su área de expertise: la apuesta por los metales y minerales preciosos frente a la depreciación del billete.
La Nueva Fiebre del Oro
¿Por qué Rickards promueve la compra física de oro y plata como estrategia de protección? Por la intensificación de lo que denomina la “Guerra de Divisas”. Sin dudas es la hipótesis fundamental de su asesoramiento inversor, incluso escribió un libro donde analiza este fenómeno en profundidad, llamado “Currency Wars”.
En su informe para Inversor Global América “Cómo tener oro y plata físicos al alcance con sólo un click”, explica que: “Durante una guerra de divisas, un país lleva adelante políticas para devaluar su propia moneda. Eso se hace con el objetivo de favorecer la economía interna a expensas de la economía de un socio comercial extranjero (…) Si dos naciones exportan productos al mismo valor, pero una de ellas de repente devalúa su divisa, resulta más barato comprarle a la nación con la moneda más barata”
¿El resultado? Una creciente desconfianza inversora en el papel moneda que se acentuó debido al impacto crítico del Coronavirus. El ejemplo más ilustrativo es el de EEUU, con la economía más grande del mundo y de la cual depende el valor del dólar, generando emisión y multiplicando enormemente el gasto gubernamental.
Frente a estas medidas políticas que intentan contrarrestar el desempleo y la recesión, el sector privado se va volcando a la compra de oro y plata como estrategia para proteger el patrimonio y las inversiones. Con una deuda pública estadounidense creciente, el valor concreto del dólar se va diluyendo.
El consejo clave de Rickards es tener el 10% de la cartera de inversiones puesta en el oro, junto con un pequeño porcentaje destinado a la plata. Aunque pueda parecer hasta arcaico pensar en volver a los lingotes, lo cierto es que se perfilan como una oportunidad de mantener cierta seguridad frente a un contexto de incertidumbre.
Pero el analista no se queda exclusivamente en inversiones que vayan “a lo seguro”: observando los movimientos actuales del mercado, también recomienda otro tipo de activos, como por ejemplo, la apuesta al níquel clase 1, insumo clave para la construcción de baterías utilizadas por los autos eléctricos.
Aunque advierte que es una inversión con cierto riesgo -como todas, en mayor o menor medida- Rickards encuentra una oportunidad donde nadie más parece estar mirando. La industria de los coches eléctricos puede despegar y atraer rápidamente a inversionistas: qué mejor que llegar primero y poner el dinero en las pequeñas empresas mineras encargadas de la exploración, desarrollo y producción en la extracción de minerales.