Parece que ha pasado una eternidad desde la última vez que el oro fluctuaba. Tendríamos que remontarnos al pico inflacionario post pandemia de 2022, cuando ganó alrededor de un 10 % en el lapso de solo seis meses alcanzando un máximo local de USD 2070 en marzo de 2022, antes de caer nuevamente en el verano y cerrar el año apenas por debajo de USD 2000. Aunque parte de las ganancias reales del oro se vieron oscurecidas por la fortaleza simultánea del dólar estadounidense en ese momento, este tipo de movimiento no es raro para el activo de cobertura por excelencia. Siguió un período de estancamiento efectivo durante más de un año mientras la Fed adoptaba una política monetaria agresivamente restrictiva, pero luego sucedió algo dramático…
El metal amarillo comenzó 2024 con fuerza, algo bastante inusual para este instrumento lento y regular. De enero a agosto, el oro subió más del 25 % para superar los USD 2500 por onza troy en medio de un doble golpe de creciente inestabilidad geopolítica y tensiones, y la anticipación de un importante giro en la política de la Fed. Pero, ¿cómo seguirían afectando estos factores a los precios del oro en los próximos meses? Y, ¿hay algo más de lo que inversionistas y traders deban estar al tanto? Sigue leyendo para conocer las respuestas a estas y otras preguntas.
Ganancias inciertas
Se ha demostrado a lo largo de los siglos que los tiempos difíciles tienden a ser buenos para el oro, y el mundo ha estado al borde de una crisis durante gran parte de los últimos dos años. Tras un conflicto inicial en Europa que provocó un aumento en los precios de la energía, ahora hemos visto un aumento de las tensiones en Medio Oriente que amenaza con involucrar a varios estados productores de petróleo en una posible guerra generalizada. No es una coincidencia que casi todas las ganancias del 22 % del oro YTD desde su máximo histórico anterior hayan ocurrido desde el 7 de octubre de 2023, cuando estalló el último conflicto en la región.
Sin embargo, como si la inestabilidad geopolítica no fuera suficiente, ha habido aún más desorden interno en la mayor economía per cápita del mundo: EE. UU. El cambio de candidato de último minuto por parte de los demócratas y el intento de asesinato contra Trump realmente han revuelto las aguas en camino a las determinantes elecciones presidenciales de noviembre. A esto se suma el entorno de alta inflación que hemos visto desde el final de la pandemia, y es totalmente comprensible por qué el oro está disfrutando de una mayor demanda entre los inversionistas que buscan preservar su riqueza. La confianza en el dinero fiduciario está en su punto más bajo, y mientras la Fed se prepara para un giro radical hacia una política más moderada, la salida de las inversiones en dinero fiat (y, por lo tanto, el ciclo alcista del oro) probablemente continúe al menos hasta finales de 2024.
Cambio fundamental
Como ya mencionamos, la Fed está a punto de recortar las tasas por primera vez desde la pandemia, y los últimos datos sugieren una probabilidad de más del 30 % de que sea un recorte de 50 puntos básicos. No hace falta decir que esto probablemente erosionará aún más la confianza en el USD como reserva de valor y podría causar un aumento de la inflación, siendo ambos factores positivos para el oro.
Un factor macroeconómico adicional será sin duda el conjunto de datos del mercado laboral de EE. UU. que se publicarán esta semana, incluidos los JOLTS de ofertas de empleo, el cambio de empleo de ADP, las solicitudes de subsidio por desempleo, el índice de empleo de servicios ISM y las nóminas no agrícolas (NFP). En su reciente discurso en Jackson Hole, el presidente de la Fed, Jerome Powell, cambió oficialmente el enfoque del regulador de la inflación al frágil mercado laboral, sugiriendo que los riesgos a la baja para el empleo ahora son mayores que los riesgos al alza para la inflación. Si sus preocupaciones resultan correctas cuando se publiquen los datos este jueves y viernes (5 y 6 de septiembre), esto dará al oro más motivos para subir.
Otro factor fundamental crucial para el oro ha sido el aumento de la demanda tanto de los bancos centrales como del sector industrial, y los últimos datos sugieren que el período prolongado de demanda contenida en China podría haber terminado. En estadísticas publicadas en la última semana de agosto, el Consejo Mundial del Oro (WGC) reveló un aumento del 17 % en las importaciones netas de oro por parte de China en julio, el primer mes de ganancias desde marzo. Esto se produce después de que las compras de los bancos centrales alcanzaran un récord en el primer trimestre de 2024, y se espera que esta tendencia continúe. Ante este panorama, es fácil ver por qué Goldman Sachs (NYSE:GS) emitió una recomendación de "largo en oro", prediciendo USD 2700 por onza en 2025.